Una semana clave para el destino de las divisas principales. A la gran cantidad de datos macroeconómicos, cuyo peso específico impactará en los precios, se suman dos hitos importantes, que convendrá tener en cuenta.
El primero de ellos es el anuncio de política monetaria de la Reserva Federal, previsto para el miércoles en la tarde, con la posterior conferencia de prensa, a cargo de su presidente, Janet Yellen, hecho que solo se da en cuatro de las ocho reuniones anuales del organismo. Esta cuestión es trascendente, no tanto por los anuncios propiamente dichos de este encuentro, sino por las pistas que dará Yellen y su gente de cara al futuro.
Con los pronósticos cada día más divididos, son muchas las versiones de que la Fed va a aumentar sus tipos de interés en septiembre de 2015, en tanto un sector opina que esto tendrá lugar solo en 2016, tal vez en los primeros meses. De estas alzas de tipos de interés dependerá el destino del dólar, que seguramente se fortalecerá en buena forma no solo ante las divisas principales, sino también ante las materias primas, encabezadas por el petróleo, y frente a las acciones de la Bolsa de Nueva York.
El índice Dow Jones comienza a dar signos de agotamiento en su movimiento alcista, que se extiende prácticamente desde cuando los mercados atravesaban la durísima crisis de 2008 y 2009. En aquel momento, puntualmente marzo de 2009, cuando se inició el rally del índice, pocos pensaban que en estos meses podría alcanzar máximos históricos periódicamente. Sin embargo, logró neutralizar el alza del dólar del último año, que se notó sobre todo ante las monedas europeas y el yen, como así también ante el petróleo.
La otra cuestión para considerar con especial atención esta semana es algo más difusa: la deuda de Grecia entra en días de definiciones, sin que se vean soluciones tangibles para el problema del país heleno. La eurozona no está dispuesta a tener más paciencia a un país cuyo gobierno muestra un comportamiento provocador y agresivo, a sabiendas de que su salida del euro le generará un enorme dolor de cabeza a sus socios.
Creemos, de todos modos, que un acuerdo de última instancia será alcanzado, y que el llamado Grexit, nombre con el que los mercados hablan de la salida de Grecia del euro han bautizado a esta situación. Será esta semana el momento en que se alcance el acuerdo? Quedará para los últimos días del mes? Alemania permitirá que todo termine mal?
No hay que olvidar que Estados Unidos vivió una situación similar puertas adentro hace dos años, cuando el partido Republicano forzó al gobierno a ceder en cuestiones importantes en materia fiscal a cambio de no dejar caer en default interno a la nación. Y esto se solucionó 24 horas antes del plazo final. No parece prudente que esto suceda en Europa, aunque por lo visto es lo que finalmente ocurrirá.
En el medio, el euro sufrirá una baja considerable si la incertidumbre se extiende a los próximos días, en tanto el dólar debería tomar un rumbo alcista en todos los frentes ante la inminencia de medidas de política monetaria por parte de la Fed.
Del lado de Reino Unido, los datos de inflación minorista, el martes, y de empleos, el miércoles, orientarán el camino de la libra esterlina, que la semana pasada soportó sin dificultades a un dólar que creció en forma intermitente, pero sin la fuerza necesaria para vencerla.
El yen, en tanto, que había caído a mínimos de más de 12 años días atrás, logró recuperar tibiamente posiciones hacia el fin de semana, aunque no creemos que dure mucho este movimiento: en momentos de caída libre, buenas noticias para el dólar no tardarán en empujar a la divisa nipona nuevamente a la baja.
El lunes tendrá como atractivo principal la presentación, en Bruselas, de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo. El funcionario, cuya presentación en ocasión de la reunión de política monetaria del organismo no dejó mucho para el análisis, podría aludir a la situación de Grecia, y de allí es que, a partir de las 9:00 del este, será conveniente prestar atención a sus palabras.