Hola Amigos, buen día, bienvenidos a esta semana de Junio.
El débil dato de empleos de Estados Unidos conocido el viernes, junto con un aumento de la tasa de desempleo, añadieron incertidumbre a los mercados que, en forma incesante, buscan refugio para sus inversiones.
Hasta hace poco, la economía norteamericana, de la mano de fuertes incrementos en la creación de empleos, había dado señales de robustecimiento, que se han ido apagando con el paso de los meses.
El agravamiento de la crisis europea, sumado a los factores mencionados de Estados Unidos, y a una desaceleración en el crecimiento de dos de las potencias emergentes (que componen el tan bien mentado e injustificable BRIC), como son India y China, dejan con pocas alternativas a los inversores.
Este contexto explica el crecimiento de la onza de oro. A falta de una moneda confiable, como lo fue el dólar en estos meses, la onza vuelve a tomar fuerza, y a llevar consigo hacia arriba al dólar australiano.
De todos modos, el dato de empleo dejó en claro que los informes aún siguen moviendo con cierta lógica a las divisas: a pesar de la previsible baja del índice Dow Jones, que cerró el viernes a 12118 puntos, perdiendo un durísimo 2,27%, las monedas europeas lograron crecer en buena forma, coronando una tendenccia alcista de corto plazo que se mantiene en la sesión europea del lunes.
Un contexto similar al actual se dio hace apenas dos años, en la llamada "guerra de monedas". Los bancos centrales buscaban encarecer al dólar ante sus propias monedas a través de recortes en las tasas de interés, lo cual les dio un cierto resultado. No en todos los casos: el franco llegó en septiembre a un nivel cercano a 0,70, que motivó una intervención por parte del Banco Nacional de Suiza. El euro había logrado a medias su cometido, sin saber el Banco Central Europeo que la propia torpeza de los políticos de turno harían caer a la moneda única como lo han hecho hasta ahora, sin necesidad de recortar aún más los tipos de interés.
Con tasas prácticamente nulas en todo el mundo, salvo en países emergentes que buscan combatir la inflación con tasas que en otras latitudes sonarían absurdas, la guerra de monedas vuelve a tomar cuerpo, pero esta vez favorecida por el mal momento de la economía global.
En otras palabras, el alza de las monedas principales del viernes no es atribuible a un mérito propio de ninguna de ellas, sino a una baja lógica del dólar. Pero no faltará oportunidad de que las mismas vuelvan a caer ante, por ejemplo, un agravamiento de la crisis de deuda en Europa.
Más entendible es el comportamiento del peso mexicano y el dólar canadiense. El peso se ve atacado en tres frentes que lo han llevado a mínimos de marzo de 2009 el viernes: por un lado, un incierto futuro político, que se definirá en pocas semanas; por otro lado, la fortaleza general del dólar en todos los frentes. Por último, la baja del petróleo, que hoy se ve atenuada (el barril WTI recuperó en las últimas horas más de dos dólares).
El loonie, en tanto, que había caído el viernes junto al petróleo, y a un débil PBI mensual (0,1% de crecimiento frente a un 0,4% esperado), se recupera lentamente a la par del resto de las monedas líderes.
El yen, por último, se mantiene firme, actuando como árbitro y como una especie de "segundo dólar", cada vez más buscado como refugio, pese a que la economía nipona no encuentra el camino del crecimiento.
La sesión americana del lunes no ofrecerá datos macro de importancia, aunque estimamos que pueden producirse movimientos de relativa intensidad en las divisas hacia el mediodía de Nueva York.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen comienzo de semana, nos vemos el martes.