Entre tres y cuatro veces por año suceden cosas como las que estamos viendo en estos días en el mercado de divisas. Esta vez, al dólar le toca caer aún cuando no hay muchos motivos desde un ángulo fundamental para explicar dicho movimiento. Pero uno de los principios de análisis técnico dice que "los precios lo descuentan todo", y es mejor en estos casos prestar atención a esta afirmación.
Si bien la Reserva Federal (Fed) no incrementó sus tipos de interés -algo que nadie esperaba, por otra parte-, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón (BoJ) siguen inyectando fondos como si no hubiera mañana, y Reino Unido decide en pocos días si se queda o no en la Unión Europea, todas estas monedas crecen a un ritmo acelerado. Esto demuestra que el problema es del dólar, o que hay formadores de precios que están tratando de convencer a los minoristas de ello.
El euro superó en la fecha, por primera vez en 8 meses, la zona de 1,16, creciendo fuerte en el inicio de la sesión europea, y luego de que el presidente del BCE, Mario Draghi, pidiera el lunes, con modos más parecidos a presidentes de gobiernos populistas que a un funcionario de su clase, que se termine la incertidumbre y se apueste por Europa.
No sobra la confianza en el bloque, cuyas cifras macro no mejoran lo suficiente, aún cuando ya se colocó más de un billón de euros en el circuito desde marzo de 2015; pasa el tiempo, las cosas no mejoran, y sin embargo el euro brilla, no como en sus mejores épocas, pero sí muy lejos de sus mínimos de diciembre. Más de 1,000 puntos más arriba.
La libra esterlina apenas vio frenado su rally en la mañana europea, luego de que el PMI de manufacturas en Reino Unido cayera fuerte, entrando en zona de contracción (menos de 50 puntos). De todas formas, la libra no pierde su tendencia alcista de corto plazo, la cual quedaría sin efecto solo al quiebre de 1,4640, firme línea alcista.
En cuanto al yen, sigue creciendo sin freno. Si bien se muestra totalmente sobre comprado, debajo de 106 unidades, los inversores siguen viendo en la divisa nipona un buen refugio, justo en momentos en que el petróleo también comienza a dar signos de agotamiento en su recuperación, lo que refuerza el alza del yen.
¿Qué se puede esperar para la sesión americana? Mucho movimiento, sin dudas, y una tibia recuperación del dólar. Ante el euro, solo podría avanzar al quiebre de 1,1535, lejos del nivel actual. Frente al yen, la superación de 106,30 sería un punto de partida.
Solo el dólar australiano se mantiene al margen del ataque contra el dólar, con justo motivo: el RBA recortó a primera hora, en una decisión poco esperada, su tasa de interés al 1,75%.