Continúa pesando en el ánimo de los mercados el flojo dato de empleos de Estados Unidos conocido el día viernes, sobre el cual pesa no solo una cifra que estuvo apenas por debajo de lo esperado, sino también, y sobre todo, la revisión del mes de marzo, que mostró una alarmante reducción en la creación de puestos de trabajo.
El dólar se mueve a la baja ante las principales divisas que, encabezadas por la libra esterlina, le ganan la pulseada del día a la moneda norteamericana. Así, la divisa británica llega a su máximo desde mediados de diciembre pasado, impulsada por la debilidad del dólar pero también por los resultados de los comicios generales de Reino Unido, llevados a cabo el jueves pasado y que dieron por resultado un sólido triunfo de los conservadores, algo bien visto por los mercados.
El euro, a su vez, supera la zona de 1,1250, y se dirige a 1,1305, próxima resistencia de importancia, cuyo quiebre le daría el impulso necesario para buscar los máximos de 1,1390, valor más alto del mes, y de la recuperación de la moneda única desde sus mínimos de marzo pasado.
El yen, por su parte, se mueve mucho menos, sin tendencia definida, aunque con un sesgo alcista de cara a la sesión americana del martes.
La misma luce sin muchos atractivos desde los fundamentales: no se esperan datos relevantes en las próximas horas, y es probable que asistamos a una nueva baja del dólar, aunque atenuada.
Por último, el petróleo y el oro, también al alza: el "oro negro", otra vez por encima de 61 dólares, y tomando el último impulso hacia 65,70, objetivo de una figura de doble suelo en el gráfico semanal; la onza, apenas debajo de 1200 dólares, aunque con marcada tendencia alcista para las próximas horas.