El empleo como factor electoral en Estados Unidos

La semana pasada estuvo centrada en las cifras de empleo en Estados Unidos, especialmente porque era el último dato económico dado a conocer antes de las elecciones en ese país. El Gobierno informó de que la economía de EE.UU. creó 171.000 puestos de trabajo, un dato superior al esperado y además elevó el número de personas contratadas de los dos meses anteriores. Sin embargo, la tasa de desempleo aumentó desde el 7,8% hasta el 7,9%. Los economistas consultados por MarketWatch esperaban un incremento de 120.000 empleos, con una tasa de desempleo del 7,9%. La creación de puestos de trabajo de septiembre y de agosto también fueron revisados al alza con un incremento de 148.000 desde la estimación inicial de 114.000 del mes de septiembre y de 192.000 desde los 142.000 publicados del mes de agosto. Por último, el mayor incremento de la contratación del pasado mes se produjo en el sector de servicios profesionales, servicios de salud, comerciales, ocio y hospedaje. El salario medio por hora bajó un 1% hasta los 23,58 dólares, mientras que la duración media de la jornada laboral se mantuvo sin cambios en las 34,40 horas semanales.

No obstante, esto fue más que suficiente para alegrar los corazones de los medios de comunicación, que rápidamente transmitieron su alegría abiertamente diciendo que la mejora en el desempleo era muy superior a lo esperado en octubre y que la tasa de paro se mantiene por debajo del 8%, mostrando así que las políticas del presidente Barack Obama están funcionando. Parece que nadie recuerda que hace tan sólo 4 años los demócratas decían que se debían crear más de 275.000 puestos de trabajo al mes para conseguir que la economía volviese a mejorar. También se han olvidado de que el desempleo sigue siendo un 1% superior a lo que era cuando Obama asumió el cargo. Sin embargo, los republicanos interpretan estos datos como la confirmación de que Obama no ha logrado la muy necesaria recuperación económica, ni ofrece soluciones reales.

Según los medios de comunicación, Wall Street se preocupa más del número real de puestos de trabajo creados. Una cifra que iguala o supera los 120.000 puestos de trabajo es vista como una prueba más de que la economía sigue creciendo a un ritmo moderado. No obstante, este punto de vista ignora el hecho de que casi 5 millones de personas han dejado de buscar empleo y por tanto, han sido excluidas de las cifras para el cálculo. También ignora el hecho de que casi 47 millones de personas sobreviven gracias a los cupones de comida y que casi la mitad de la población recibe algún tipo de ayuda del Gobierno.

A pesar de la palabrería de los políticos, los empresarios dicen que son reacios a contratar debido a la previsible crisis presupuestaria que se vivirá en Washington a principios del próximo año. Una amenaza cuya resolución es incierta debido a que no está claro quién será elegido presidente. Esto podría explicar en parte el ritmo moderado de crecimiento del empleo en lo que llevamos de este año. En los primeros 9 meses, la economía ha generado 146.000 puestos de media al mes, ligeramente inferior a los 150.000 creados en el mismo periodo del año anterior. Estas nuevas contrataciones son suficientes para mantener el ritmo natural de crecimiento de la población, pero no son capaces de reducir el desempleo. Los economistas calculan que EE.UU. debería crear como mínimo 250.000 puestos al mes durante varios años para reducir la tasa de desempleo por debajo del 6%, que es donde precisamente se encontraba el desempleo justo antes de la crisis 2007/2009.

A pesar de la lentitud del ritmo de contratación, la tasa de desempleo cayó inesperadamente desde el 8,1% hasta el 7,8% en el mes de septiembre, lo que le llevó a colocarse por debajo del 8% por primera vez desde el año 2009. Los economistas de todas las tendencias creen que las cifras del Gobierno van por el buen camino, pero la mayoría también sospecha que la fuerte caída del desempleo en septiembre fue un golpe de suerte. De hecho, algunos analistas han analizado las cifras de los últimos dos meses y han concluido que fueron manipuladas para favorecer la reelección de Obama. Yo coincido con esta conclusión.

Esta semana vamos a tener que lidiar con todo el bombo de las elecciones de hoy y todos los comentarios que, seguro, vendrán una vez sepamos quién ocupará la Casa Blanca durante los próximos 4 años. La mayoría de las encuestas vaticinan un empate, pero no creo que Romney vaya a ser el afortunado. Los últimos clavos del ataúd republicano se pusieron con el huracán Sandy, ya que no sólo le ha dado a Obama una oportunidad presidencial para mostrarse al mundo, sino que la prensa ha mostrado como el gobernador republicano de Nueva Jersey abrazaba a Obama y alababa la forma de manejar la situación del Presidente. A esto le siguió el apoyo del alcalde republicano de Nueva York, Michael Bloomberg. No soy analista político, pero creo que las elecciones no van a estar reñidas.

Pero lo más importante de todo esto, es que no importa mucho quién gane las elecciones porque cualquiera de las dos partes continuará gastándose miles de millones que no tiene y continuará sin hacer nada hasta que el sistema se derrumbe sobre sí mismo. Si Obama gana las elecciones, Bernanke continuará con normalidad. En cambio, si Romney gana, Bernanke incrementará las políticas monetarias en un intento de mantener su puesto de trabajo. De cualquier forma, la imprenta continuará conectada para devaluar el dólar e incrementando los precios de los activos tóxicos. Los mercados lo saben y saber que el mercado lo sabe siempre es un gran aliciente.

La Fed le ha dicho a todo el mundo desde hace décadas que ellos establecen los tipos de interés, pero eso es mentira. El mercado es quien fija realmente los tipos. Siempre lo ha hecho y los tipos van a seguir fijados por el mercado en función del nivel de riesgos del emisor. Por tanto, cuando la Reserva Federal imprime sin control y crea montañas de deuda, el mercado subirá los tipos de interés quiera o no quiera la Fed. La Fed está tratando de contener los tipos de interés actuando como compradora de última instancia, pero esto es una gran estafa. Actúa como compradora mediante la imprenta o creación de más deuda para amortizar otra deuda existente. No hace falta ser Einstein para darse cuenta que esta es una receta abocada al desastre. La única cuestión es cuándo.

Mientras el mercado de valores se ha mantenido ajeno a todos los problemas del mundo durante los últimos 4 años, ha llegado a un punto en el que la mayoría está convencida de dos cosas:

- Las acciones están en un nuevo mercado alcista

- Esta vez es diferente.

Es difícil discutir el éxito del Dow desde el mínimo marcado en el 2009 en los 6.469 puntos hasta el máximo marcado a principios de octubre en los 13.661 puntos. Pero, ¿cuánto ha costado lograr este movimiento? Y aún así, todavía está en negativo frente a los máximos marcados en 2007. La Fed decidió intervenir en el mercado en 2009 con tal de impulsar las acciones al alza, lo que significa que el mercado bajista nunca ha podido expresarse plenamente desde entonces. A lo largo de la historia, las personas, instituciones y gobiernos han tratado de hacer esto, pero realmente nadie lo ha conseguido nunca a largo plazo.

Durante este periodo, la deuda nacional ha pasado de los 10 billones de dólares hasta 16 billones, mientras que el crecimiento ha disminuido y el desempleo ha aumentado. Los únicos beneficiarios reales han sido los bancos, que han recibido dinero gratis. En conclusión, creo que nos encontramos ante un techo del mercado, pero todavía estamos dentro de la fase de distribución aunque parece que se está formando en un nivel inferior al anterior.