Sin muchos datos fundamentales que lo justifiquen, y solo con la "incomodidad" que a los mercados les produjo el triunfo del presidente Obama en Estados Unidos el martes pasado, los mercados norteamericanos siguen muy a la baja en estas horas, y se llevan consigo, en la misma dirección, a las divisas principales.
El euro, atacado no solo por la firme recuperación del dólar en todos los frentes, sino también por los sombríos pronósticos que sobre la eurozona se ciernen para el año próximo, es la divisa más débil, seguida de cerca por las monedas vinculadas al petróleo, cuyo precio por barril WTI está por alcanzar el mínimo de los últimos 5 meses. Así, el dólar canadiense cayó de la paridad ante el dólar, en tanto el peso mexicano cayó bruscamente hasta rozar 13,30.
El panorama no debería cambiar sustancialmente durante la sesión americana que se inicia, la última de la semana. El índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, único dato de la jornada con cierta relevancia, no tiene fuerza para cambiar una tendencia de las acciones principales que, entre la desconfianza por lo expuesto antes, más la guerra que se avecina en el Congreso de Estados Unidos entre los partidos principales por la cuestión del déficit fiscal, no tienen demasiado lugar para recuperarse.
Volviendo a las monedas, y excepción hecha del yen, que se fortalece en situaciones de crisis, a modo de refugio, el dólar podría seguir tomando fuerza durante mucho tiempo. En ese contexto, el euro tiene un objetivo en la zona de 1,2450, el franco suizo en 0,9720, y la libra Esterlina en 1,5780, valores que corresponden a objetivos de formaciones de cambio y/o continuación de tendencias que se han formado en los últimos tiempos, tomando temporalidades de corto plazo.