Ayer fue una jornada de armas tomar. Tras un nuevo cúmulo de cierres teñidos de rojo, tanto en Estados Unidos el miércoles, como el jueves en Asia, nos contagiamos desde el primer minuto de la inercia bajista, a lo que se sumaba a mitad de la sesión un nuevo cisne negro, ahora llamado Renault SA (PA:RENA). Era inevitable y eso nos llevaba a poner a prueba uno de los niveles intermedios en los que habíamos depositado nuestras tímidas y melladas esperanzas. Tras ir perdiendo más de un 2% y aproximarnos a soportes, hemos conseguido no hundirnos del todo y dar aún señales de vida. Ha sido la tónica general en toda Europa, si acaso en el Eurostoxx ese giro ha sido más de manual, pero ya ayer en Estados Unidos el S&P 500 tuvo que recurrir a los suyos para detener el viaje que se estaba pegando.
Esto nos puede dar un poco de alivio para cerrar la semana. En torno a los 8.650 teníamos un hueco, en concreto entre 8.645 y 8.678, al que nos hemos aproximado y desde el cual, hemos iniciado la recuperación. Es una lástima que no se haya cerrado del todo, por eso de no dejar flecos y es que yo soy un poquito maniático en ese sentido. Pero al final, las fuerzas alcistas han actuado cuando ya empezamos a pensar en los 8.275, recuperando más de un 1% respecto a mínimos y con un martillo que puede invitar a pensar en ese teórico rebote, que no llega a producirse del todo y nos deja siempre a mitad de camino. En conclusión, mercado un poco más anémico, que sigue insistiendo en su directriz bajista, que nos podría dar un pequeño alivio estos días. Paciencia.
