Llegaba hoy a casa de trabajar y pensaba para dentro, que pena no haber entrado más fuerte a la baja, pero como bien se dice visto los cojo... macho. Tampoco me voy a quejar porque en dos semanas en las que llevamos posicionados en Arcelor (MC:MTS), Mapfre (MC:MAP) y Repsol (MC:REP), las llevamos ganadas un 20.55%, 11.30% y un 17.50% respectivamente. Repito, en dos semanas, para mi algo impensable en tan poco tiempo. En definitiva, hemos sido presa fácil de los voraces osos, aunque creo que la caída que hemos sufrido es un tanto exagerada y que posiblemente se deba a un mercado un poco paranoico que descuenta un escenario algo tremendista y que por el momento sólo es hipotético. Pero lo que es cierto es que algunos de los principales índices europeos han perdido sus mínimos anuales (Eurostoxx 2.973; CAC 4.230) y sólo el DAX ha conseguido salvarlos a duras penas (9.325, frente a 9.314 hoy). Los últimos en confirmar esta ruptura son los americanos, con un S&P 500 que se dejaba los 1.867 y, en una sesión vertiginosa, ha necesitado irse a buscar apoyo hasta los mínimos de abril del 2014, desde los que ha rebotado, salvando lo que podía haber sido una jornada histórica.
¿Y qué pasa con el IBEX? Estos últimos días nos manejábamos en dos niveles en los que se podía detener esta hemorragia. El primero, ubicado en torno a los 8.650, duro tres días y una vez perdido, pusimos la vista en los 8.275. Qué lejos parecía a principios de año, ¿eh? Pues claro, pero es que nos hemos chupado más de 1.000 puntos 20 días. Nada más y nada menos que un ¡¡¡13,41%!!! Pues bien, este soporte vital lo hemos profanado hoy y aunque podemos dar gracias por haber cerrado por encima de él, no podemos descartar futuras correcciones. No voy a ponerme fatalista, pero las probabilidades de perder los 8.000 puntos han ganado enteros.
¿Y para cuándo el rebote? En mi humilde opinión, los niveles en los que estamos, en los que existe una presión alcista importante, como hemos podido ver hoy, pueden ser un buen lugar desde el que recuperar algo de fuelle. El problema es que cualquier amago de rebote anterior ha sido un visto y no visto, ya que el mercado está muy anémico, pero lo que es cierto es que aunque sólo sea por razones técnicas, una aproximación a los 8.900/9.000 sería hasta normal.