El mercado de divisas se presenta más estable en la sesión europea del jueves, pese a que, por tercer día consecutivo, el Banco Popular de China volvió a devaluar al yuan.
Este tercer movimiento no tuvo el impacto de los dos anteriores, y la divisa china no quebró sus propios mínimos del miércoles, cuando rozó 6,6, valor que no tocaba desde 1994. A su vez, un diputado del Parlamento local declaró, en línea con lo anunciado por voceros del BPCH que esta ha sido la última devaluación por el momento, y que solo se tomarán medidas similares si los mercados se vuelven muy volátiles.
Con esta devaluación, China busca estabilizar a su propia economía, cuyo crecimiento viene en baja en los últimos años, y se perfila del mismo modo para 2015. Pero lo que además logró, y en forma más tangible por cierto, es que sus vecinos del sudeste asiático deprecien artificialmente sus propias monedas, para perder competitividad ante su poderoso socio.
Por otra parte, la devaluación del yuan puso en duda, al menos en las últimas 48 horas, que la Reserva Federal pueda incrementar sus tipos de interés en septiembre. Ello explica el fuerte crecimiento de las monedas europeas en la víspera, que de todas maneras se atenúa en estas primeras horas del jueves.
De manera que estamos, entonces, frente a un panorama interesante para la sesión americana. Los mercados tienen sus ojos puestos en China, aunque no es el único foco de atención. En Estados Unidos, por caso, comienzan a conocerse a partir del jueves datos clave para la economía local, que pueden terminar de confirmar la decisión de la Fed para el mes próximo: a las 8:30 del este se conocerán las ventas minoristas de julio, en simultáneo con las peticiones semanales de desempleo. Un incremento de las ventas minoristas le dará fuerza al dólar al momento de la publicación del dato, en tanto el informe de subsidios por desempleo no sufriría cambios importantes.
Por el lado de Europa, la crisis de Grecia ha ingresado ya en una etapa más relajada, aunque por supuesto más dolorosa para el empobrecido país del sur del continente. Ya aprobado el siguiente tramo del plan de rescate de la economía helena, ahora llega la hora del ajuste, el cual el propio gobierno local se negó a decretar hace pocas semanas. Tsipras, líder de Grecia, no pareció comprender en su momento a quien se enfrentaba; Europa lo dejó avanzar con un discurso explosivo, hasta que la falta de dinero le torció el brazo.
En otro orden, hay versiones de que el Banco de Inglaterra podría mover sus tipos de interés en los primeros meses de 2016. Esto mantiene a la libra Esterlina con un perfil alcista de corto plazo, avalado técnicamente por ciertas formaciones de continuación de tendencia en esa dirección en temporalidades pequeñas.
El euro, por su parte, pierde terreno lentamente luego de una poco entendible alza producida el miércoles. La divisa única logró incluso superar 1,12 momentáneamente, aunque presenta una tendencia bajista en el gráfico de 4 horas; el quiebre de 1,1080 extenderá sus pérdidas en las próximas horas.
El petróleo, en tanto, sigue muy abajo y sin cambios de tendencia a la vista. Luego de una ligera recuperación a primera hora del miércoles, vuelve a caer, y se acerca otra vez a sus mínimos de 6 años, que alcanzó el martes a la tarde. Es conveniente seguir de cerca al dólar canadiense, vinculado al petróleo: si bien se recuperó fuerte el miércoles, al ritmo de la baja del dólar, su bonanza no luce muy sustentable, y en el horizonte aparece nuevamente la zona de 1,32.
Por último, el oro detuvo su marcha alcista de los últimos días, y podría retomar en las próximas horas una dirección bajista; teniendo en cuenta que la tendencia dominante de la onza es totalmente bajista, un movimiento en dicha dirección ofrecerá buena velocidad. El quiebre de 1110 dólares llevará a la onza sin escalas a la zona de 1100 dólares.