Estamos viviendo el primer brote de volatilidad en los mercados desde hace mucho tiempo. La pasada semana los activos de riesgo sufrieron pérdidas ante unos resultados empresariales peores de lo esperado, la preocupación por la inflación desde principio de año y ahora los temores por las tensiones geopolíticas.
En estos momentos de volatilidad e incertidumbre, es importante mantener la vista puesta en el horizonte y evaluar el verdadero alcance de la situación y los posibles daños. Aunque la volatilidad siempre es desagradable, puede entrañar riesgos, pero también representar una oportunidad.
Los movimientos de los mercados de estas primeras semanas del año todavía debemos clasificarlos como nerviosos y bastante emocionales.
Una de las principales preocupaciones como es la inflación puede tener un recorrido muy corto, porque hay factores para pensar que mejorará a lo largo de este 2022 y evitará que la Fed tome medidas radicales como teme el mercado.
Los analistas de Pimco lo tienen claro y enumeran hasta 7 factores por lo que la inflación mejorará este 2022.
- Reducción del gasto fiscal - El impulso fiscal mundial está perdiendo fuerza a marchas forzadas y en EE.UU. se espera que represente un 6% del PIB menos que en 2021. Los estímulos destinados a las familias estadounidenses se desplomarán este año hasta los 660.000 millones frente a los 2,8 billones de 2021, mientras que la tasa de ahorro se ha reducido bastante.
- Deterioro de la confianza de los consumidores - Una consecuencia directa del punto anterior es que la confianza de los consumidores ha sufrido un notable deterioro, por lo que es probable que el intenso ritmo de consumo se ralentice significativamente, y más teniendo en cuenta que la inflación está erosionando las rentas en términos reales. Además, el drástico aumento de los precios de la energía, sobre todo en Europa, lastrará aún más las rentas de los hogares, puesto que en 2022 la energía costará en promedio un 54% más que en 2021.
- Destrucción de la demanda - El aumento de los precios es un mecanismo natural por el que se equilibran la oferta y la demanda, por lo que la elevada inflación acabará reduciendo la demanda.
- Mejora del entorno operativo - El entorno operativo será mucho más benigno en 2022 a medida que los problemas de suministro se vayan resolviendo. Además, incluso aunque las entregas sigan sufriendo retrasos y ómicron provoque otra ola, es menos probable que las empresas vean paralizada su producción porque están empezando a recibir ahora los pedidos de hace un año. También se espera que la participación laboral vaya mejorando a medida que se acabe la pandemia y recobremos cierta normalidad en nuestras vidas.
- Restricción monetaria mundial sincronizada - Es posible que, en 2021, los bancos centrales no adoptasen una perspectiva global y no tuviesen en cuenta el impacto acumulado de que todos los países del mundo aprobasen estímulos monetarios y fiscales en un complejo entorno mundial. Ahora, sin embargo, hay numerosos bancos centrales subiendo tipos a la vez (con la notable excepción de China), lo que, en igualdad de condiciones, acabará reduciendo la demanda.
- Efectos base - Serán más acusados en la segunda mitad del año, pero no es probable que los factores inflacionarios del año pasado se repitan con tanta intensidad.
- Medio plazo - Todo problema tiene una solución. Aunque el impacto solo se notará a partir de 2023, la escasez de mano de obra está impulsando la demanda de robots, mientras que el elevado precio del petróleo y las tensiones geopolíticas acelerarán la transición hacia las energías renovables más baratas. Frans Timmermans, comisario de Acción por el Clima de la UE, fue bastante claro en su discurso de hace unos días («Si quieren garantizarles a sus ciudadanos energía estable y asequible, las renovables son la respuesta»), sin entrar a comentar la nada sutil referencia geopolítica que hizo.
Todo esto significa que estamos viviendo una sobre reacción del mercado que está afectando especialmente al sector tecnológico, a pesar de ser las compañías con mayores expectativas de retornos en el futuro. Esta sobre reacción va a generar oportunidades en sectores que apuntan a ser importantes este 2022, como los relacionados con la transición energética y la transformación digital.
Respecto a las tensiones geopolíticas no queda más que confiar en que cualquier conflicto armado perjudica a todas las partes, por lo que quizás se le está dando demasiada poca relevancia a la diplomacia y sus avances en la desescalada del conflicto.
Todavía estamos en fase alcista y la volatilidad de mitad de ciclo es normal, por lo que el entorno actual debemos interpretarlo cómo fuente de oportunidades y no tomar decisiones de ruptura sino de continuidad y fortalecimiento de las estrategias de las carteras.