En el vídeo-análisis de hoy vamos a analizar la cotización del oro. Después del movimiento de los bonos la semana pasada con sus implicaciones y las prespectivas de inflación tanto para Estados Unidos como para la zona Euro, conviene monitorear resultados del calendario económico de manera recurrente. En particular y para aquellos interesados en activos como el oro, conviene revisar los tipos de interés propuestos por los bancos centrales, y datos relacionados con la inflación, como por ejemplo hoy tenemos el IPC de la zona Euro con resultados del 0,9%.
Es común esucchar que el oro es un activo refugio si las bolsas caen. Esa deducción ni siempre es cierta, ni es tan simple por sí misma. El oro es un activo que "tiende" a responder bien ante determinadas circunstancias. Probablemente, la que más correlación tiene es el comportamiento de los tipos de interés reales.
Los tipos de interés reales son aquellos que se obtienen como resultado de haber descontado la inflación en nuestro cálculo. Cuando éstos bajan o son negativos, el oro tiende a hacerlo bien.
Tipo de interés real = Tipo de interés nominal - Inflación
De forma muy simplificada, si los tipos de interés están al 1.45% para el Treasury Note a de la Reserva Federal a 10 años y la inflación fuese del 0.5%, los tipos de interés reales serían del 0.95% (1.45% - 0.5%). Si la inflación es del 1%, los tipos reales serían del entorno del 0.45%.
¿Por qué si hay "perspectivas de inflación" el oro parece que no responde y sigue bajando?
A día de hoy, existen expectativas de inflación, por el aumento en las materias primas, los costes de producción, etc, pero todavía no tenemos datos que confirmen niveles superiores a los que teníamos anteriormente y que afecten "ya" a los tipos de interés reales. Por el contrario, encontramos que los tipos de interés nominales a medio y largo plazo siguen subiendo como consecuencia del movimiento en los bonos y los datos de inflación no tanto. Esto en lugar de ir a favor de la bajada de los tipos de interés real, parece moverse en contra si tenemos en cuenta la fórmula anterior. Por este motivo el oro "todavía no ha arrancado".
¿Dónde nos encontramos a niveles técnicos?
A niveles técnicos encontramos que la onza de oro se encuentra cotizando en una zona clave. La cotización actual lleva a este activo al entorno de los 1700 puntos. Esta zona es la directriz que viene actuando como tendencia de medio plazo desde 2018. Además, encontramos anteriores resistencias que ahora podrían comportarse como nuevos soportes confirmando así su importancia como zonas pivote.
Junto al dato mencionado anteriormente, se da la circunstancia que si tenemos en cuenta el último tramo de subida del oro, provocado por la pandemia, la corrección que ha llevado desde máximos encontramos que es un nivel de Fibonacci clave.
Este hecho, junto con el análisis anterior nos puede llevar a pensar que la fase de corrección "puede" estar llegando a su fase final. Por último, a nivel de indicadores no encontramos todavía divergencias que anticipen un cambio de tendencia, aunque el indicador RSI se encuentra ya en zonas de sobreventa.
¿Qué conviene monitorear a nivel técnico?
A niveles técnicos, como siempre a corto plazo, la sucesión de máximos y mínimos decrecientes. En caso de que esta sucesión se rompa, con un mínimo mayor al anterior o un nuevo máximo que supere al anterior. De darse esta circunstancia, empezaríamos a intentar determinar potenciales figuras de cambios de tendencia (Dobles suelos, hombros - cabeza - hombros invertidos, etc.)
Por otra parte, el último soporte relevante en la zona de 1700 - 1670 puntos. De soportar el precio ahí, podríamos confirmarlo como una nueva zona pivote. En este caso puede que sea un movimiento de rebote, o el establecimiento de un nuevo suelo. Aquí convendrá observar si existen potenciales divergencias alcistas en los indicadores.
¿Qué conviene monitorear a nivel macro?
De forma principal, observaría los datos relacionados con los tipos de interés reales. Por un lado, la curva de tipos, principalmente de la FED, aunque el BCE y BoE conviene seguirlos. Si los tipos de interés a largo plazo siguen subiendo que es lo mismo que decir el bono cayendo en precio), llegamos a dos caminos:
- Que los bancos centrales no hagan nada y dejen correr los tipos, con el aumento en los costes de financiación que supone.
- Que los bancos centrales intervengan la curva a medio plazo mediante algún tipo de herramienta para amortiguar la subida del rendimiento en los bonos a través programas de compra para mantener los tipos de interés.
De darse el segundo escenario, y teniendo en cuenta la fórmula anterior encontramos que los tipos de interés reales (los que tienen en cuenta la inflación), estarían en entornos muy bajos o incluso negativos, y aquí es candidato a hacerlo bien.
Por otra parte, es conveniente monitorear los datos relacionados con la inflación y el consumo. Así cubriríamos los dos parámetros de la ecuación sobre los tipos de interés reales, al menos de manera general.