El ajuste de los suministros está empujando al alza los precios del petróleo. Los EE.UU. han sancionado las exportaciones de crudo iraní, mientras que a nivel local las limitaciones de capacidad y los cuellos de botella de las tuberías se están ajustando, y los inventarios han llegado a su nivel más bajo desde 2015. Todo ello a pesar de que la producción de crudo de EE.UU. alcanzó un máximo histórico en junio. La OPEP y los países exportadores como Rusia están discutiendo elevar la producción para combatir el abastecimiento cae de Irán, pero el aumento de 1,3 millones de barriles adicionales por día no es fácil. Recientemente Arabia Saudita y Rusia decidieron tomar medidas contra los aumentos de producción adicionales.
Están desafiando las demandas del presidente de EE.UU., Trump, que pide precios más bajos. Las monedas sensibles al petróleo se han afirmado dado que la OPEP se resiste a un aumento de la producción y el crudo Brent supera los 80,66 dólares. Los operadores prevén 90 dólares por barril a finales de año y 100 dólares a principios de 2019. Seguimos viendo que el Brent supera al WTI aunque todavía sube, ya que las curvas de los commodities son cada vez más alcistas. Esto a su vez respalda a las compañías de energía que ganan perspectiva. Los precios más altos del petróleo crudo tendrán un efecto negativo en el consumo discrecional ya que el gasto de los hogares se desacelera.