"Los riesgos geopolíticos nunca abandonaron ni abandonarán los mercados. Son como la DANA, gota fría, que aparecen y desaparecen de manera aleatoria sin que nadie sea capaz de anticiparlas. El ataque con drones a instalaciones petrolíferas de Arabia Saudí es el penúltimo suceso en esta dirección. Habrá más, pero no sabemos ni cómo ni dónde ni cuándo. Los inversores que no sepan (o puedan, presa de los nervios o del pánico) convivir en este escenario, lo mejor es que hagan las maletas. Los participantes en los mercados son olvidadizos por naturaleza. Quizá, porque no tienen interés en recordar las penurias del pasado y concentrar todos sus esfuerzos e ilusiones en un futuro más prometedor para su dinero. Es la ilusión la que mueve el futuro de los mercados, aunque, con frecuencia, tarda en llegar. Pronto dejará de hablarse en los mercados de la guerra comercial Estados Unidos 'vs' China, porque siempre ha existido. Unas veces, por las prácticas devaluatorias de los chinos con su moneda. Otras, por el manejo del dólar en la misma dirección. Y siempre, por las malas praxis de gobiernos, como el chino, que hacen y deshacen contabilidades a su antojo ¿Aranceles? El señor Obama, que cobra cerca de 1 millón de dólares por conferencia, puso más aranceles en su mandato que el señor Trump. Es la guerra de nunca acabar, que solo busca la hegemonía en el mundo. A ver quién manda aquí", me decía a principios de junio un analista inglés, que continuaba así:
"Pronto las bolsas, llevadas por su codicia, hablarán y cotizarán otras cosas, aunque, sospecho, que no será muy positivas en contra de la creencia de algunos optimistas. Pronto se hablará de otros conflictos y los participantes en los mercados, presa del aburrimiento, dejarán que EE.UU. y China se partan la cara. ¿Recuerdan los cortos, los famosos cortos de la Bolsa española, que llenaban páginas enteras de los medios? Ya nadie habla de ellos".
"Recomiendo la situiente reflexión: BlackRock (NYSE:BLK), a través BlackRock Investment Institute, ha llevado a cabo este mes la actualización de su Geopolitical Risk Dashboard y ha elevado la probabilidad de que se recrudezcan dos de los diez riesgos geopolíticos que analizan, recoge Funds People.
El primero de ellos es el de la política latinoamericana. “Estamos preocupados por el clima político en Brasil, además del deterioro de la situación económica como consecuencia de la incertidumbre que despiertan las elecciones de Argentina o el empeoramiento de la crisis en Venezuela con efector negativos para el mercado global de petróleo y en sus países vecinos”, apuntan desde la gestora. Con respecto a Argentina, también se ha pronunciado estos días Adrien Pichoud, responsable de Estrategias Total Return – Economista jefe de SYZ AM, ante los sondeos que apuntan a una victoria de Cristina Kishner sobre Mauricio Macri en los comicios que celebra Argentina a finales de este año. “Un posible regreso de la expresidenta Kirchner despertó la preocupación de los inversores en lo relativo a la continuidad de la política económica y de las probabilidades de un impago de la deuda pública. Por lo tanto, el diferencial de los CDS argentinos a 5 años se disparó más de 360 puntos básicos durante el mes, y el coste del seguro frente a un impago de la deuda pública alcanzó el 12%”, afirma este experto.
El otro de los acontecimientos geopolíticos en donde BlackRock ve ahora más riesgo que en el pasado es el que se refiere a las tensiones en el Golfo, con el impacto que las sanciones a Irán puedan tener en el precio del petróleo y las complicadas relaciones que mantienen EE.UU. y Arabia Saudí.De hecho, en los últimos días tanto el petróleo West Texas como el Brent han sufrido fuertes caídas en su cotización ya no solo por esta tensión con algunos de los países productores de crudo sino también ante el riesgo de que la guerra comercial incida negativamente en la economía y, por tanto, en la demanda de materias primas.
Además, aunque la gestora reconoce que el impacto de los riesgos geopolíticos en mercados ha sido históricamente a corto plazo reconoce que éste puede alargarse en el tiempo en un contexto de desaceleración económica ya que aumenta la sensibilidad del inversor hacia dichos acontecimientos.
