"Llevo casi cincuenta años en el tajo de la Bolsa. He visto, leído, escuchado, vivido, sufrido y disfrutado de muchas cosas. Es un periodo de tiempo suficiente para ello ¿Lo más importante? Haber sobrevivido, sin duda. Cincuenta años, digo, en la que las estupideces comparten mesa y mantel con lo mejor de cada momento, con lo más granado de cada ciclo. El último ha sido el inmobiliario, ahora totalmente aniquilado. No ha quedado títere con cabeza. Ayer comí con uno de los pocos gestores que aún siguen con su chiringuito abierto. Tengo la sensación de que cubre gastos gracias al mantenimiento de cuentas, porque negocio, lo que es negocio no lo veo por ninguna parte. Es, en cualquier caso, su negocio, no el mío. Pero es importante subrayar el fenómeno de la sequía negociadora pertinaz: muchas firmas de Bolsa han cerrado. Otras han despedido a más de la mitad de los empleados y otras viven del aire. Por eso maquinan, idean y pergeñan todo tipo de artimañas para volver a recuperar el brillo, a intentar coger el pasado que se fue. Y el pasado, en efecto, se fue...".
"Ayer, estimado director, discutí seriamente con mi gestor de siempre, porque se empeñó en vender fondos de cobertura y estrategias de cobertura para cubrir mi cartera en el verano..."
-."Ya sabes que siempre hay turbulencias en los veranos y que lo mejor es irse de vacaciones tranquilo", me dijo.
-"Sí, eso es lo que haré", le dije.
-."Pero no hace falta que vendas tu cartera", insistió.
-."¿Y eso cómo se hace?", le pregunté.
-."Con un fondo de cobertura", me contestó.
-."¿Gratis? ¿Y cubre todo?", insistí.
-."No, no es así. Tiene un coste, alto, pero te deja dormir tranquilo. Y no cubre todo, no, pero casi todo", añadió.
-."¿Te has vuelto gilipollas de repente, amigo Pepe?", le espeté malhumorado.
-."Ya lo hace mucha gente", me dijo.
-."Vamos a ver, Pepe: si tienes la sensación de que una cosa va a subir o bajar, compras y venden, ¿no? Pues lo mismo de cara al verano, al otoño, al invierno o a la primavera: compras o vendes. Como se ha hecho toda la vida", le dije ya con la puerta de salida abierta".
"Sí, amigo director. Así de fácil: la Bolsa sube o baja. O compras o vendes. Hay inversores que se sientan en los títulos por los siglos de los siglos. Pero para eso no hacen falta seguros, no es necesario darle más dinero a los intermediarios", me dijo ayer uno de los viejos lobos de mar de la Bolsa española.