Desde el IEB consideramos que la economía española crecerá en 2019 un 2,2%; el crecimiento sostenido del PIB y del empleo está siendo compatible con la preservación de un conjunto de equilibrios macro financieros, como los superávits por cuenta corriente o el fortalecimiento de la situación patrimonial de familias y empresas.
A este crecimiento del PIB también contribuirá, la orientación acomodaticia de la política monetaria y el supuesto de que, tras su debilitamiento reciente y en ausencia de nuevos desarrollos adversos, en los próximos trimestres los mercados de exportación tenderán a recuperarse gradualmente. El ritmo de avance de la economía seguirá superando su tasa potencial, lo que permitirá que siga reabsorbiéndose el todavía elevado volumen de desempleo.
Mirando a la demanda nacional, se espera que el consumo privado registre un crecimiento sostenido (+1,8%,) por el comportamiento expansivo de las rentas laborales de los hogares y el alivio de la carga financiera de las familias más endeudadas, como consecuencia de los menores tipos de interés y de la evolución favorable de la riqueza real de los hogares por el mantenimiento de la senda alcista de los precios de la vivienda.
En el plano exterior, tanto las exportaciones como las importaciones han mostrado en la etapa más reciente una notable pérdida de dinamismo. Las exportaciones crecerán un 1,6% este año, y las importaciones, aumentarán un 1,4%. Como consecuencia de ello, la demanda exterior aportará solo una décima al crecimiento del PIB este año. Respecto al déficit, el saldo estructural apenas variará y permanecerá, por tanto, en niveles muy elevados.
La situación financiera de las empresas y hogares españoles ha mejorado gracias a un descenso muy significativo en los niveles de deuda durante los últimos años. Esta mejora en la capacidad financiera permitiría a la demanda interna crecer sin que se produzcan los desequilibrios del anterior ciclo. En este sentido la inversión sustentará el crecimiento de la demanda interna mencionado.
La deuda sigue siendo el gran caballo de batalla, si bien la ratio deuda/PIB ha descendido hasta un 98%. La prima de riesgo pudiera verse afectada por la situación de Italia, por lo que el progreso de la reducción del déficit público es la mejor garantía para que la prima de riesgo española no sufra tensiones.