Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Las acciones de Estados Unidos amplían ganancias tras los datos económicos mejores de lo esperado de este jueves. Los bienes duraderos descendieron menos de lo previsto, las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo rondaron los 2 millones y el mercado ignoró en gran medida la revisión a la baja del PIB de Estados Unidos. Las divisas también repuntaron; el euro, la libra esterlina y los dólares australiano y neozelandés encabezaron la marcha. A medida que aumentan las tensiones entre Estados Unidos y China, nos sorprende la actitud indiferente en los mercados.
Todo apunta a que la relación entre las dos mayores economías del mundo se enfriará considerablemente en los próximos días y las ramificaciones podrían ser significativas. Pekín ha aprobado oficialmente una nueva ley que reduciría significativamente la autonomía de Hong Kong. Se prohibirían los grupos activistas y se impondrían severas sanciones a cualquier persona que viole las leyes de seguridad nacional. El Departamento de Estado de Estados Unidos ya no cree que Hong Kong disfrute de una autonomía significativa según el Secretario de Estado, Mike Pompeo, allanando el camino para que el presidente Trump imponga un nuevo conjunto de sanciones. Se espera que Trump haga un anuncio en las próximas 24-48 horas que podría incluir gravar las importaciones de Hong Kong e imponer restricciones a la inversión. Esto se vería como un golpe directo a China que invita a las represalias. Sin embargo, los mercados se alzan y las monedas se mantienen estables.
Muchos inversores pueden estar preguntándose cómo puede el mercado en general ignorar la brecha cada vez más profunda entre Estados Unidos y China. Un argumento es que Hong Kong y Estados Unidos comercian muy poco entre sí, por lo que el impacto real será pequeño. En segundo lugar, las relaciones llevan semanas enfriándose y la Administración Trump ha advertido de posibles sanciones a Hong Kong/China. En tercer lugar, China puede hablar de represalias, pero podrá hacer nada significativo hasta después de las elecciones de noviembre. Por último, el mayor riesgo para la economía mundial en este momento no es una guerra comercial entre Estados Unidos y China, sino el impacto económico y social del COVID-19. Desde ese punto de vista, las buenas noticias siguen fluyendo con el progreso en el desarrollo de vacunas y la flexibilización de las medidas de confinamiento.
Sin embargo, el interés por el riesgo podría disminuir según vayan saliendo titulares sobre Estados Unidos y China. También hay una serie de reuniones de bancos centrales la próxima semana que podrían indicar que los responsables de la política monetaria siguen depuestos a implementar más medidas de relajación. Los dólares australiano y neozelandés han subido fuertemente este jueves, aunque son vulnerables a correcciones profundas si las tensiones con China comienzan a lastrar los mercados. Creemos que el dólar canadiense perderá posiciones también. El déficit por cuenta corriente ha resultado peor de lo esperado.
El euro ha alcanzado el nivel de 1,1050 antes del cierre de Londres a pesar de las decepcionantes cifras de confianza de la eurozona. Esto ha supuesto la tercera jornada al alza para la moneda única, pero entre que todo apunta a que el Banco Central Europeo aumentará las compras de bonos la próxima semana y las aciagas previsiones, creemos que el repunte perderá fuelle. La libra sube también sin inmutarse tras las declaraciones de Saunders, miembro del Banco de Inglaterra. Este viernes, aparte de los datos de inflación de la zona del euro, conoceremos las revisiones del índice de confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan de Estados Unidos, así como los ingresos personales y las cifras de gasto personal de Estados Unidos.