Fútbol y trading

Cualquiera que haya leído el título pensará que voy a hablar de apuestas deportivas. No voy por ese camino, aunque es cierto que el tema de hoy puede aplicarse no solo al trading y a las apuestas deportivas, sino a muchos aspectos de nuestra vida.
 
Hace unos días leí una anécdota de “Cholo” Simeone, actual entrenador del Atlético de Madrid y que hace años coincidió como jugador con Maradona en el Sevilla. En la entrevista, Simeone contó una anécdota que provocó la sonrisa de todos los espectadores.
 
En un lance del juego, Simeone disparó a portería desde una distancia de treinta metros. Todos sabemos lo complicado que es marcar un gol desde tan lejos. Como imaginas, la acción no culminó en gol. Maradona se aproximó a Simeone y le preguntó si alguna vez había marcado un gol desde esa distancia, a lo que “El Cholo” le respondió que no. La reacción de Maradona fue la que cualquier mentor diría a su pupilo: “¿Y para qué mierdas pateas de ahí?”
 
A estas alturas habrás descubierto el paralelismo que hay entre esa oportunidad y las que cada día provocamos ante los gráficos. Si te das cuenta he dicho “provocamos”. En el fútbol se juega el balón tratando de “provocar” la situación más óptima para lanzar a portería. ¿Cuál es la más óptima? Pues la que tiene más probabilidades de éxito. Te recomiendo un ejercicio: revisa los goles de la última jornada, ¿en cuántos de ellos se disparó a portería desde fuera del área? ¿Y desde treinta metros?
 
Ahora regresemos a lo nuestro, las inversiones. Si te das cuenta, he utilizado el termino “provocar” refiriéndome a forzar los condicionantes para llevar la pelota lo más cerca de la portería y, una vez allí, lanzar a portería. Los traders no debemos “provocar” nada, porque lo que suceda en las gráficas no va a depender de nosotros, ¿comprendes?
 
El trader independiente o minorista es un sujeto pasivo dentro de la evolución del precio.
 
Si llevas un tiempo en esto habrás entendido perfectamente de qué hablo. ¿Cuántas veces has intentado mover el precio, ya sea aumentando tu posición, riesgo o incluso apretando los puños con fuerza contra la mesa? El precio hará lo que tenga que hacer, pero es más probable que haga una cosa en lugar de otra en según qué momento. Para ello nos ayudamos de los condicionantes.
 
Ahí está el kit de la cuestión: en los condicionantes, en la paciencia para aguardar a que se cumplan y en ejecutar la orden sin vacilar, en el momento más idóneo, sin precipitaciones y confiando en que las probabilidades están de nuestra parte.
 
Cuando un jugador de fútbol lanza un penalti no piensa ni duda, porque sabe de antemano cómo lo va a lanzar y a dónde va a dirigir la pelota. Tendrá una, dos, o tres elecciones como mucho, pero sabe que lanzándolo de entre una de ellas tiene las probabilidades de su parte.
 
Cambiamos de deporte, ahora nos vamos al baloncesto o al balonmano. Cuando un jugador lanza a canasta o a portería y falla, se da la vuelta y regresa al otro lado de la pista a defender, es mecánico. Sabe que no sirve de nada lamentarse ni pensar en la acción. Ya es pasado y no debe condicionarle en la siguiente jugada. Ha sido un simple lanzamiento, uno de los muchos que lanzará en ese partido y en su vida.
 
A las operaciones en el trading hay que darle la misma relevancia que a las jugadas que acabo de citar. A nadie le gusta fallar un lanzamiento ni sufrir una pérdida en una operación de bolsa, pero lo importante es que si te ciñes a un plan previamente estudiado, es muy probable que a la larga los resultados sean positivos.

Todo esto necesita matices, por supuesto, pero lo interesante de este análisis es que la precipitación y la falta de planificación te van a alejar de los resultados consistentes, más si cabe cuando alguien es débil, emocionalmente hablando, y se frustra cada vez que no da en la diana.

Aquel día Simeone confió en su talento y en la suerte para marcar un gol histórico. Es probable que de paso quisiera dar un golpe sobre la mesa y decir, “oye, que yo soy el rey”. Egos aparte, estoy seguro de que lo había entrenado durante muchos años y que alguien con su profesionalidad lo hizo intencionadamente y dentro de un contexto. Pero, ¿qué le sucederá al trader que careciendo de entrenamiento y planificación entra en una operación confiándose a la suerte? Arrastrado por la avaricia, comprometerá su capital queriendo culminar la operación que sacie su egolatría y quizá la oportunidad de posturearla en las redes sociales para sentirse, como Simeone, rey por un día.