Según los últimos datos del número de declarantes del IRPF correspondiente al año 2011, hemos podido saber que casi el 90% de las declaraciones de renta presentadas en dicho año proceden de trabajadores asalariados frente a un 10% de autónomos y emprendedores, lo cual manifiesta la desigualdad fiscal reinante en nuestro país.
Otro dato curioso que obtenemos de dicho ejercicio es que trabajar por cuenta ajena proporciona un rendimiento neto de media de unos 19.262 euros frente al obtenido por autónomos que asciende a 9.686 euros, lo cual explica que nuestro tejido industrial esté formado por un 90% de pymes.
Se observa que dicha brecha ha aumentado en la última década casi un 50%, desde los 6.500 euros hasta los 9575 euros actuales.
Dicha diferencia no obedece a que la crisis haya mermado a los trabajadores autónomos especialmente, si no que los mismo declaran menos, ya desde el inicio de la década comenzó a ampliarse la brecha, momento en el que gozábamos de una bonanza económica, lo cual hace sospechar de una bolsa de economía sumergida procedente de los trabajadores autónomos, según explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha.
Otros datos destacables indican que solo el 23% de los autónomos declara más de 1.000 euros frente al 66% de los asalariados.
Dichos datos señalan la creciente bolsa de fraude existente entre los trabajadores autónomos, algo que hacienda mira con preocupación y a lo que se le está buscando una solución que probablemente llegue con la reforma fiscal pendiente, para la que ya se han nombrado al grupo de expertos, liderado por Manuel Lagarés, catedrático de Hacienda Pública.