A pesar del optimismo general que rodea las perspectivas de recuperación de Estados Unidos, hay un fenómeno reciente que necesita ser vigilado de cerca. Si la economía de EE.UU. está a punto de convertirse en auto-sostenible, un factor fundamental debe ser un crecimiento decente de la inversión empresarial. Desde finales del verano, el ritmo de crecimiento en el gasto de capital privado se ha estancado. Dicho esto, el valor actual de los pedidos de bienes es congruente con el que prevaleció en el primer semestre de 2008 antes del GFC. Parte de la explicación para un crecimiento más lento en el capex (gastos de capital) se encuentra en la maduración del ciclo de inventarios.
Además, algunas inversiones se adelantaron debido a la reducción a la mitad en enero de un crédito fiscal a la inversión. Más alentador es una encuesta de ejecutivos de Estados Unidos de los sectores manufacturero y de servicios (realizada recientemente por KPMG) que indicaba niveles récord en términos de optimismo con respecto a ingresos, ganancias y desarrollo de nuevos negocios. Las empresas estadounidenses del sector de servicios son abrumadoramente optimistas - 96% de los ejecutivos de Estados Unidos en este sector esperan que la contratación permanezca igual o aumente este año. La actitud hacia el gasto de capital también es boyantes en ambos sectores. Si los resultados de este estudio se replicaran en la economía real, entonces las perspectivas de la economía de los EE.UU. darían la impresión (al menos) de ser bastante sólidas, con el potencial de sorprender al alza.