Japón publicaba ayer un déficit comercial mayor de lo previsto, alcanzando los 517400 millones de yenes en el mes de julio, debido a que las exportaciones han disminuido como consecuencia de la crisis financiera mundial. Los envíos a China bajaron un 12%, mientras que los efectuados a la UE se redujeron un 25%, la mayor caída desde el año 2009. Es más, al parecer este déficit comercial es el mayor de cualquier mes de julio desde el año 1979. A raíz de estas noticias, el Nikkei caía un 0.27% hasta los 9131.74 y el yen japonés bajaba un 0.1% frente al dólar estadounidense. Cada vez es más evidente que a la economía japonesa, muy dependiente de las exportaciones, le perjudican tanto la fortaleza del yen como la debilidad de la demanda extranjera. Creemos que el gobierno japonés o el Banco de Japón, tendrían que aportar mayores gastos/estímulos públicos para relanzar su economía. En cuanto a los mercados bursátiles continentales e insulares en China, el índice del Compuesto de Shanghai caía un 0.76% y el Hang Seng de Hong Kong un 0.94%.
Esta bajada en las bolsas por segunda sesión consecutiva durante esta semana, es probable que se deba a la caída en los ingresos de las empresas chinas, y a las especulaciones de que el gobierno podría aumentar el impuesto de propiedades para ayudar a frenar la subida de los precios inmobiliarios. Los precios en nuevas viviendas crecieron en 49 de las 70 ciudades monitoreadas por el gobierno, la mayoría desde mayo de 2011 y más de las 25 ciudades en junio.
El par EUR/USD subió un 1.15% durante la jornada de ayer, rompiendo el UBB a 20 días, aunque volviendo a retroceder hoy hasta situarse dentro de las bandas, todo ello debido a las expectativas de un incremento en las ventas de viviendas de segunda mano y antes de la publicación de las últimas actas del CFMA de la Fed. El dólar estadounidense creció frente a todas las monedas del G10, experimentando la mayor subida frente al dólar australiano (+0.44%) y al dólar neozelandés (+0.37%), seguido por las monedas nórdicas (NOK y SEK). Creemos que los mercados se encuentran ligeramente decepcionados y que esto implicará el cierre del grifo del riesgo, siempre y cuando los datos económicos no sean capaces de mostrar una mejora en la situación mundial.