Ha sido un verano inusual para aquellos que visitan Suecia en esta época del año. Por un lado, las temperaturas se elevaron hasta niveles comparables con las del Mediterráneo. Por otro, la moneda continuó debilitándose, algo que hasta hace no mucho también resultaba bastante familiar alrededor del Mediterráneo. La corona, que se devaluó alrededor de un 10% frente al euro entre 2014 y 2017, perdió solo este año un 8% adicional. Sin embargo, cuando empiecen a caer las hojas, la corona puede empezar a recuperarse.
La debilidad de la moneda refleja, en parte, cifras de inflación menores a las esperadas. Esto llevó a los mercados a revisar sus expectativas sobre una subida de tipos de interés en 2018, añadiendo presión sobre la corona.
Recientemente, las preocupaciones políticas se sumaron a las presiones sobre la moneda. Como en muchos otros países de Europa y otras regiones, Suecia está asistiendo a un auge del populismo de extrema derecha. Durante la campana de las elecciones parlamentarias, el asunto de la inmigración ha sido discutido de forma amplia y ha generado controversia. El partido de los “Suecos Demócratas” (SD), ha sido especialmente directo -incluso ha cuestionado si Suecia debería permanecer en la Unión Europea insinuando que podría tener sentido un referéndum sobre ello.
En este sentido, interpretamos las recientes fluctuaciones de la moneda como un incremento de la prima de riesgo política. Sin embargo, consideramos que las posibilidades de que tenga lugar un referéndum como el señalado por el partido SD son mínimas. Tras las elecciones, el caldeado ambiente político debería calmarse nuevamente. Además, observamos que la meta de inflación del banco central (índice armonizado de precios al consumidor) del dos por ciento ya se alcanzó en mayo, y la superó en los dos meses siguientes para los que se dispone actualmente de datos. Suponiendo que la inflación no se reduzca de nuevo, ese factor ya no se interpone en el camino de una subida de los tipos de interés. Una vez que el riesgo político comience a desvanecerse, la recuperación podría ser rápida. Según Andreas Burhoi, experto en divisas de DWS (DE:DWSG), la corona sueca podría entonces volver a cotizar a 9,50 por euro.