Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no va con segunda intención...) si podíamos hablar sobre los graves perjuicios que nos suele causar lo que se conoce como “parálisis por análisis”.
A menudo, tanto en la vida como en el trading, nos podemos quedar bloqueados e inactivos, sin tomar ninguna decisión en concreto, por darle vueltas una y otra vez a las cosas, por analizar y meditar en exceso sus posibles pros y contras.
Perdemos y dedicamos horas y horas en cotejar, comparar, buscar los fallos, las pegas, las ventajas y los inconvenientes de hacer algo o tomar un determinado camino en lugar de otro, y éso, nos termina produciendo inacción y que no hagamos finalmente nada, por esa continua indecisión, por inseguridad y hasta por miedo.
Precisamente, como decía W.Riso: “El valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que lo enfrenta dignamente, así le tiemblen las rodillas y el cerebro”.
Es decir, lo malo no es tener miedo, sino quedarnos paralizados por él. Vencer el miedo no significa no tenerlo, sino que éste no te liminte, y por supuesto, entendiendo que tampoco se trata de ser imprudentes y de hacer las cosas sin reflexionarlas…pero sin pasarse, poniéndonos un límite y sin dejar que tanto analizar y analizar nos impida pasar de la mera y vana teoría a la eficaz acción.
Pongamos ejemplos claros de lo que supone la maldita “parálisis por análisis”, y luego nos permitiremos enunciar algunas posibles formas de superarla y salir victoriosos de ese bloqueo.
Vivimos en una sociedad en la que hay un exceso de información, tanto en el mundo real como en el virtual. Sobre cualquier tema, producto, mercado o ámbito, existen miles de entradas y acepciones en la red, multiltud de páginas, de opiniones, de foros, de críticas, de redes sociales…y todo eso nos puede llegar a aturdir, a hacer que nos perdamos en ese bosque de tantas posibles opciones y nos cueste llegar a decidirnos, a dar el paso y tener nuestra propia opinión y a formar nuestra propias decisión.
Conozco casos reales de gente que quiere cambiar de teléfono móvil, de ordenador o de coche, y que se tira, literalmente, meses y meses de su vida analizando y comparando compulsivamente unos modelos y otros, y como ninguno le parece lo suficientemente bueno, termina bloqueándose y frustrándose por no encontrar el presuntamente ideal, y continúa con el mismo.
También sé de quien de quien encadena una relación sentimental tras otra, porque tras someter a concienzudos análisis a sus parejas, ninguna le pareción lo suficientemente perfecta (y por supuesto, terminará solo…) y también de muchos que, a más pequeña escala, teniendo la perspectiva de una tarde libre para ir al cine, o para ver una película o una serie en casa, dedican casi la mitad de la misma a intentar elegir entre las miles de posibilidades alguna que sea casi sublime y que luego, no terminan ni por disfrutar de la que finalmente eligen, o la cambian una y otra vez, porque en su mente siguen pensando que “había alguna mejor”…
Igual puede suceder para escoger los platos de un menú, la actividad física o deporte a realizar, dónde, cuándo y cómo aprender idiomas, el destino de un viaje, los planes en un fin de semana o en unas vacaciones…y ya en otros niveles, a la hora de escoger qué estudios realizar, qué negocio iniciar, que emprendimiento llevar a cabo y por supuesto, también a la hora de acercarnos al mundo de las inversiones y del trading, sobre cómo hacerlo, y en qué mercados, sistema, método, espacio temporal, forma “ideal” de operar…
Además, en ese interminable análisis, nos da por compararnos con otras personas y usamos el cómodo pretexto de que ellos sí tienen experiencia y nosotros no, y por eso, nos saldrá mal lo que hagamos o decidamos.
Y como, en todos esos ámbitos, y tras comparar y comparar concluimos determinando que ninguna opción es 100x100 perfecta, caemos en la desilusión, en el abandono, y terminamos dispersándonos y no haciendo nada, procrastinando y dejando las decisiones para otro día y en definitiva, creándonos también nuestras propias excusas para no hacer nada.
¿Y qué se puede hacer frente a ese molesto bloqueo que no impide decidir y avanzar?
-Entender que todo viaje de 10.000 pasos comienza siempre con el primero, y que lo importante precisamente es eso: del modo que sea, pero abandonar las excusas y decidirnos a dar ese necesario primer paso, sin compararnos con nadie y dándonos cuenta de que el único modo de tener experiencia en algo es haciendo algo, y no tan solo teorizando o analizándolo.
-Aceptar la incertidumbre. Tanto en la vida como en el trading, no todo se puede anticipar, ni todo se puede saber, ni todo se puede controlar… usar la necesaria prudencia sí, pero aparcando el miedo.
-Asumir que algo puede ser bueno o muy bueno aunque no sea del todo perfecto. En todo siempre hay y habrá infinitas posibilidades…pero tenemos que decidirnos por alguna. Puede que nos cueste, pero es uno de los modos de vencer esa sensación de inseguridad.
-Y si nos sirve de apoyo para vencer esa indecisión, no pasa nada por pedir ayuda o consejo a alguien que se haya tenido que enfrentar a lo mismo que nosotros. Escuchar, leer, y sin que nada nos condicione en exceso, aprender de los aciertos (y también de los fallos) ajenos y abandonar por completo el eterno victimismo, y el “yo no puedo” o el “y si…” o el “me da miedo que…”.
-Quedarnos solo con 2 ó 3 opciones, aparcando totalmente el resto, y ya no mirar atrás, y focalizarnos en ellas hasta quedarnos con 1 sola, para elegir cualquiera de ellas que sea razonable y que se ajuste a nuestras necesidades y a lo que andamos buscando. Aunque no sea perfecta, lo importante es salir pronto del bloqueo y de esa parálisis.
Poner en práctica el “satisficing”, que es un término que se aplica para mejorar nuestra productividad personal y que implica que cuando tenemos que tomar una decisión, en general no perdemos mucho tiempo evaluando todas las posibles opciones, sino que elegimos la primera opción razonable que encontramos y después, evaluamos muy rápidamente las posibles pegas y problemas de la misma, y si no encontramos ninguno importante, ya tenemos la “solución”.
¿Qué es mejor, tomar una buena decisión rápidamente o tomar la mejor decisión demasiado tarde?
-Fijar una fecha límite para decidirnos. Entender así que, dado que el tiempo es un activo más que valioso, no podemos malgastarlo, ni tampoco nuestra energía en procrastinar y demorar eternamente la toma de decisiones. O como dice ese proverbio “El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años. El segundo mejor momento es ahora” .
-Olvidarnos de las “multitareas”. Focalizarnos en una sola acción a la vez, por muy pequeña que nos parezca, y ya después pensar tan solo en la siguiente, pero centrándonos más en el camino que en el resultado, y entendiendo que siempre todo se puede corregir y modificar, pero que lo importante es avanzar y que “más vale 1 gramo de práctica que 1 tonelada de teoría”.
Y por supuesto, nunca subestimar el poder de las pequeñas acciones...repetidas de forma continua y sistemática pueden producir enormes y beneficiosos cambios, y casi sin esfuerzo.
-Toda decisión que hayamos tomado se podrá luego matizar, mejorar, corregir...pero siempre mejor una vez puesta en práctica. Es como meter en el mercado 1 operación real o 1 en simulado...las experiencias y conclusiones que saquemos de las que sean en real (con microlotes y el adecuado apalancamiento y gestión monetaria por supuesto), serán infinitamente superiores a las que podamos concluir con todas las que hagamos en práctica. También aquí hay que decidir, atreverse, dar el paso y ponerse para ello un límite y una fecha temporal, tanto para escoger qué mercado hacerlo y de qué modo enfrentarnos a él, entendiendo de nuevo que la perfección no existe, pero que no debe ser una excusa para no dar nunca ese necesario paso adelante, en nuestra vida y en nuestro trading.
Igual muchas veces nos va a tocar crecer a través del ensayo/error, pero para la siguiente ocasión ya seremos al menos un poco más expertos, habremos aprendido más y como mínimo, habremos dado el paso para salir de nuestro bloqueo y de nuestra “zona de confort”.Si te equivocas, creces, si no, te estancas, te paralizas… .
Aprender de esos errores pero valorar también nuestros aciertos y el solo hecho de “atreverse a decidir”, salga después como salga nuestra elección, ya es un éxito, porque ¿cómo pretendemos crecer si no nos damos la oportunidad?