Existe un afán alocado e irracional por parte de la mayoría de los inversores por mostrar sus dotes adivinatorias y pretender comprar más barato que nadie, en el suelo de toda caída, anticipándose a la realidad o en cualquier caso a alguna señal o signo medianamente objetivo que indique un cambio de la tendencia.
En ese afán irresponsable, las consecuencias pueden ser devastadoras. Sí, podrá salir bien una vez, a lo sumo dos veces, la mayoría de ellas por suerte, pero tarde o temprano le cazarán irremediablemente, y lo que en principio iba a ser una operación de corto plazo, pasa a convertirse en una inversión de medio e incluso de largo plazo, sin que ello asegure en modo alguno un final feliz.
Sí, es la mentalidad de la mayoría de los inversores, y así va el sector. ¿Acaso no es más racional y lógico tener paciencia y esperar evidencias que reflejen que las caídas se dan por finalizadas y que toca subir? Es que entonces llego tarde, ya ha empezado a subir, es la respuesta habitual en estos casos. Vamos a ver, se trata de identificar una tendencia para incorporarse a ella, no de anticiparse antes de que ésta surja, ¿tan difícil es de entender ésto?
Dos reflexiones al respecto: lo que hoy es barato mañana puede ser caro. Coger un cuchillo que está cayendo provoca un buen corte en la mano.
Es lo que está sucediendo ahora. Con las caídas que están sufriendo los mercados bursátiles, ya aparece toda esta fauna de intelectos con predicciones adivinatorias induciendo a comprar en base a la teoría de la opinión contraria. Realmente aparecieron hace alguna semana, de manera que han tenido que tragarse un buen trecho adicional de la bajada.
¿Y qué signos o evidencias es mejor esperar para buscar comprar? Pues esperar que el precio llegue a un soporte sólido, o que se forme un patrón de doble suelo, incluso un patrón de hombro-cabeza-hombro-inverso, o bien que se rompa una resistencia. Sí, evidentemente nada de todo ésto va a asegurar estar en lo cierto, pero al menos tiene una base racional que a lo largo de años y años ha demostrado una buena efectividad en la mayoría de las ocasiones.
Cada persona es libre de hacer o deshacer con su dinero lo que se le venga en gana, pero luego que no vengan los llantos, las lamentaciones, el victimismo y los mantras (el mercado está manipulado, he tenido mala suerte, han venido a por mi stop loss, algo raro ha pasado).