El Tesoro español acaba de colocar letras a 12 meses al 3.207% (desde el 3.99%) y a 18 meses al 3.45% (desde el 4.35%). Interesantes bajadas de rentabilidades -aunque siguen siendo altas- en el mercado de deuda, pero más interesante aún, desde nuestro punto de vista, es la fuerte demanda, ya que se han conseguido colocar algo más de los 4.500 millones de euros que era el máximo previsto.
Lo cierto es que una subasta de letras no era un evento demasiado importante en mercados hasta que surgió la crisis de la deuda y, más aún, desde que tenemos la curva de tipos aplanada, con el miedo al corto plazo -a lo que pase con España en los próximos meses- a flor de piel entre los inversores. Así pues, todos atentos a las pantallas, y las buenas noticias, que estaban ya descontadas por el mercado teniendo en cuenta la relajación de la prima de riesgo a lo largo de las últimas semanas, se han confirmado.
Ahora bien, el mercado está regalando tiempo, algo poco habitual, a los políticos europeos para que se tomen las medidas que esperamos. El optimismo que sobrevuela el ambiente, con la esperanza de que el BCE entre al mercado secundario a comprar deuda periférica o fije cotas máximas a las yields de países como España o Italia -rumor del que han hablado esta semana diarios como Der Spiegel o Daily Telegraph-, ha generado días de subida en los mercados a nivel mundial. Nosotros consideramos improbable que se tome una medida que acote las rentabilidades, pero confiamos en que se alcance un acuerdo para que nuestro Banco Central sea capaz de intervenir un mercado bastante distorsionado -y si no que se lo pregunten a los países del centro de Europa que colocan su deuda con rentabilidades cero e incluso negativas, y que se benefician de la situación-. En cualquier caso, con su tibieza habitual, el BCE se ha apresurado a desmentir los rumores, pero el mercado parece creer firmemente que algo se está preparando, y por ello Europa continúa soñando con un golpe de efecto en una crisis que está durando demasiado.
Daniel Alvarez