Se ha prestado mucha atención a la expansión del balance de la Reserva Federal y a su posible correlación con el aumento de valor de las acciones. Sin embargo, hay indicios que sugieren que la narrativa del avance del mercado de valores como resultado directo de la expansión del balance podría ser falsa.
Por ejemplo, en 2020, el S&P 500 ha subido ya aproximadamente un 5%, mientras que el balance de la Fed se ha expandido en aproximadamente 20 puntos básicos.
Tal vez no sea tanto el balance de la Fed lo que está impulsando las acciones, sino más bien la política monetaria en sí. Recordemos que fue en la reunión de la Fed de finales de octubre cuando el presidente Powell vinculó las futuras subidas de tipos a un aumento significativo de la inflación.
En un entorno de tipos de interés bajos —que parece ser el caso de cara a un futuro previsible—, junto con las expectativas de crecimiento futuro de las ganancias, incluso se podría argumentar que las acciones todavía tienen que subir aún más.
Estabilización
A juzgar por los últimos datos hasta el 12 de febrero, el balance de la Fed se ha mantenido relativamente estable. De hecho, el 1 de enero, el balance tenía activos por valor de 4,17 billones de dólares; a partir del 12 de febrero la cifra ascendía a 4,18 billones de dólares.
Además, durante ese tiempo, el balance atravesó un período de contracción, durante el cual descendió a tan solo 4,14 billones de dólares. Si bien puede seguir expandiéndose en el futuro, parece que el balance de la Fed ha oscilado de un lado a otro durante las últimas seis semanas.
Yendo atrás en el tiempo y comparando, se puede ver que después de que el balance comenzara a subir inicialmente, el S&P 500 se movió a la baja desde el 11 de septiembre hasta el 8 de octubre, a pesar de que el balance de la Fed ha aumentado hasta aproximadamente 3,95 billones de dólares frente a los 3,77 billones de dólares del mismo período.
Parece irónico que durante un tiempo en que el balance de la Fed aumento en casi un 5%, el índice de referencia cayera casi un 4%. Por el contrario, a principios de 2020, cuando el S&P 500 subió casi un 5%, el balance de la Fed aumentó en sólo 20 puntos básicos.
Principios fundamentales
Podría haber una teoría alternativa que podría explicar por qué las acciones han estado subiendo, que tiene que ver con un entorno de bajos tipos de interés y con el crecimiento de las ganancias.
En su nivel actual, el S&P 500 se negocia en aproximadamente 17,4 veces estimaciones de ganancias de 2021: 194,65 dólares. Según los datos actuales del S&P Dow Jones, todo apunta a que las ganancias del índice subirán un 11,6% en 2020 y un 11,9% en 2021.
Entorno de tipos de interés bajos
En los últimos 20 trimestres, la relación PER media del S&P 500 a un año es de 17,5, con un rango de desviación típica de 16,4 a 18,6. En un mundo de tipos de interés bajos, donde la Reserva Federal ha indicado que respalda una política monetaria más baja, tal vez una expansión múltiple hasta el extremo superior del rango PER sea razonable.
Con una ratio PER de 18,5 veces las estimaciones de resultados para 2021, el S&P 500 operaría más o menos en 3.620, aproximadamente un 6,2% por encima de su valor actual el 12 de febrero.
Tal vez no sea el balance creciente el que está impulsando el mercado de valores; más bien, podrían ser los tres recortes de los tipos y los indicios de que los tipos de la Fed no van a subir en un futuro próximo. Luego añadamos a la ecuación un mercado que está operando en torno a un rango bastante valorado, con expectativas de crecimiento constante de las ganancias en los próximos dos años, y tenemos la receta para un mercado de valores a punto de subir. Además, la economía estadounidense progresa adecuadamente, pues el PIB de la Reserva Federal de Atlanta pronostica un crecimiento del 2,6% en el primer trimestre.
Las acciones están subiendo en general. Es igual de fácil decir que eso es resultado de un mundo con tipos de interés bajos, crecimiento de las ganancias y expansión múltiple, que decir que se debe al balance de la Fed.