Wall Street tocó fondo el 23 de marzo cuando hubo 43.312 casos de coronavirus activos y 689 muertes. Ahora hay más de 1.2 millones de casos activos y 121.890 muertes, pero parece que no les importa lo más mínimo ya.
Es verdad que el COVID-19 sólo fue el detonante de una bomba de relojería que ya estaba armada. El problema ahora es que esa bomba no ha desaparecido, sigue estando ahí, pero la tapan los montones y montones de billetes que está poniendo la Fed sobre la mesa.
Poniendo la recesión del Covid-19 en perspectiva. Según JP Morgan (NYSE:JPM) la más profunda en 100 años pero también la más breve. ¿Es muy aventurada esta segunda afirmación?
Sven Henrich, opina que “esta vez es diferente. Es peor, mucho, mucho peor.” Las subidas de las empresas no representan tampoco ya la salud de las mismas, se permite presentar resultados que ocultan pérdidas, y 5 empresas (literalmente) son las que hacen subir a un índice que tiene más de 500 ponderando en él. Microsoft (NASDAQ:MSFT), Apple (NASDAQ:AAPL), Amazon (NASDAQ:AMZN), Alphabet (NASDAQ:GOOGL) y Facebook (NASDAQ:FB) son las que mueven el cotarro:
Si hay algo que he aprendido en estos casi 7 años que llevo trabajando los mercados financieros, es que, antes o después, el mercado tiende a equilibrarse. Cuanto más violenta sea la subida, igual de violenta será la caída o ajuste.
En Estados Unidos, sigue estando muy vivo el virus. En Estados Unidos y en todo el mundo. Llevan ya tres meses con más de 20.000 positivos todos los días. ¿Qué pasará cuando todos los minoristas, se den cuenta de que la situación es más que insostenible? ¿Que todos los rumores de vacunas se quedan en eso y que, en su ciudad cada vez más negocios quiebran, falta el trabajo, y no pueden muchos de ellos pagar sus deudas e hipotecas? El COVID, si se pone peor la cosa con una segunda oleada (que es más que probable viendo el comportamiento de muchos de nosotros) y el mercado de nuevo en casi máximos, es probable que tengamos un “golpe de realidad”
Los inversores minoristas inundan el mercado a medida que la especulación crece desenfrenada con una exuberancia palpable y la creencia de que no hay riesgo a la baja. ¿Qué puede salir mal? ¿cuáles son los signos que estamos viendo hoy?
Los inversores minoristas persiguen a empresas en quiebra como Hertz (NYSE:HRI) y Chesapeake Energy (NYSE:CHK)
Hertz, una empresa en bancarrota, está emitiendo acciones con un descargo de responsabilidad de que las acciones probablemente no valen nada.
Inversores persiguiendo empresas con fundamentos extremadamente pobres.
Consejos de inversión que provienen de personas sin experiencia.
Los inversores minoristas “novatos” no operan con base en fundamentos, ganancias, estimaciones, productos o valores de mercado, sino que compran acciones impulsados por un impulso puro. La media de 200 está muy bien, y repetir que X valores están por encima de su media de 200 como si eso fuese la señal mágica de compra, a lo mejor sale caro…
Un mercado alcista se compone de máximos y mínimos crecientes. Cuando se marca el primer máximo DECRECIENTE, es donde debemos estar alerta. Y es justo donde se encuentra ahora, en ese área complicada en la que puede girar y comenzar una debacle de nuevo y donde la Fed se está dejando todos los billetes:
El mercado puede estar en el proceso de un patrón de cobertura. Los picos de 2018 y 2020 están formando actualmente el “hombro izquierdo” y la “cabeza” del proceso de cobertura. Un pico de mercado sin establecer un nuevo máximo (hombro derecho) que viole la línea de tendencia alcista definiría un “mercado bajista”.
Y si tras romper esa directriz, el nuevo máximo que haga, ya no supera al anterior… bingo. Pura Teoría de Dow.
Pero no cantemos victoria, ni asumamos que está corrigiendo. Lo que sí debemos tener en cuenta es que la Fed ya ha incluído en su discurso al COVID (algo que, por cierto, no ha gustado nada a los mercados). La declaración de Powell sobre el riesgo: “A pesar de las agresivas acciones de política fiscal y monetaria, los riesgos en el extranjero están sesgados a la baja”.
Seis riesgos a la baja
- La progresión futura de la pandemia sigue siendo altamente incierta .
- El colapso de la demanda puede llevar a la quiebra a muchas empresas.
- A diferencia de las recesiones pasadas, la actividad de servicios se ha reducido más bruscamente que la fabricación, con restricciones en el movimiento que reducen severamente los gastos en viajes, turismo, restaurantes y ocio, y los requisitos y actitudes de distanciamiento social pueden afectar aún más la recuperación en estos sectores.
- Las interrupciones en el comercio mundial pueden resultar en una reconfiguración costosa de las cadenas de suministro mundiales.
- La persistente y débil demanda de los consumidores y las empresas puede llevar las expectativas de inflación a mediano y largo plazo muy por debajo de los objetivos del banco central.
- Las políticas fiscales expansivas adicionales , posiblemente en respuesta a futuros brotes a gran escala de COVID-19, podrían aumentar significativamente la deuda pública y aumentar el riesgo soberano ”.
El mayor riesgo es el sexto punto donde los aumentos masivos de deudas y déficits retrasan el crecimiento económico a largo plazo.
De modo que, sí, los mercados a día de hoy ignoran el COVID, pero mucho cuidado, porque la bomba de relojería está de nuevo armada, y ya sabemos lo fácil que es cambiar de ánimo en Wall Street: