La libra esterlina quedó sin cambios tras el comunicado de política monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) que, como se esperaba, dejó como estaba los tipos de interés, en el 0,5%.
Si en los últimos años pocas variantes hubo, mucho menos se puede esperar en estos meses, cuando Reino Unido se concentra en el referendo que tendrá lugar a fines de junio próximo, y en el que se decidirá si queda o no en la Unión Europea. Ello explica también, en buena parte, el escaso movimiento que presenta la libra.
Al mismo tiempo, el euro cede posiciones desde sus máximos de la víspera, cuando alcanzó 1,1434, y se posiciona con tendencia bajista en el gráfico de 4 horas. El mínimo de esta semana, en 1,1457, constituye el primer soporte de importancia, seguido de 1,1430 y, más abajo, en 1,1315 y 1,1285.
El yen, en tanto, vuelve a caer luego de que el Gobierno de Japón deslizara la posibilidad de que el Banco de Japón implemente nuevas medidas de flexibilización monetaria en junio o julio. Esta versión refuerza los dichos de el ministro de Finanzas, Taro Aso, quien se expresó en el mismo sentido el martes. Y cuando el río suena, agua trae...
Es probable, pues, que el yen sufra una fuerte baja en el segundo semestre del año. Buscado como refugio ante la crisis de China a inicio de este año, la divisa nipona logró superar 106 momentáneamente días atrás. Sin embargo, esta situación no es sostenible para un gobierno que ha intentado mantener un tipo de cambio alto que favorezca las exportaciones.
El resto de las divisas líderes operan sin cambios de importancia. Solo la reducción de los inventarios de petróleo en Estados Unidos, conocidos el miércoles, le han dado algo de impulso a las monedas vinculadas al mismo, pero sin que se produzcan cambios de tendencia de corto plazo.
La agenda del jueves incluye la publicación de las peticiones semanales de desempleo en Estados Unidos, dato que, ante la ausencia de otros indicadores, puede ofrecer algún tipo de movimiento de interés. La sesión americana puede a su vez darle mayor fuerza al dólar, sobre todo pasado el mediodía de Nueva York.