Los bancos centrales de todo el mundo están más que felices de dejar atrás el mes de junio y esperan con impaciencia un resto del verano con menos volatilidad. El ya conocido discurso sobre el límite de la reducción de las medidas de flexibilización cuantitativa hizo subir la rentabilidad de la deuda soberana, con lo que los mercados suben y bajan como un yoyó y los inversores salen corriendo en busca de un paraíso seguro. Durante gran parte de este mes, ese paraíso ha sido el dólar estadounidense.
Pero, si analizamos lo que ha sucedido estas semanas, no puedo evitar pensar que todo esto ha sido una especie de tanteo por parte de la Fed. ¿Pensaban de verdad que a los mercados les gustaría la idea de abandonar el QE? ¡Pero si es lo mismo que cuando el barman anuncia la última ronda!
Pero hay algo más importante: me da la sensación de que han podido calibrar el impacto de la reducción del QE en los mercados, para cuando ello suceda –si es que llega a suceder. Al final, la Fed se ha quedado con la ya famosa letanía de que no reducirán las medidas “si los datos no lo permiten”, y es poco probable que no haya ninguna diferencia significativa entre los datos que vemos ahora mismo y los que veremos dentro de unos meses. De modo que seguramente no habrá reducción a finales de año, pero el espectro del plan seguirá planeando sobre los mercados durante un tiempo aún.
Vayamos ahora a los datos de hoy, todos ellos relativos a sector manufacturero e industrial. Para empezar, las encuestas Tenken de Japón han resultado ser mejores de lo esperado y se sitúan en máximos de dos años, lo que implica que el sector está con una confianza renovada, más que en mucho tiempo.
En China, el índice de gestores de compra (PMI por sus siglas en ingles) ha resultado en 50,1, exactamente en previsiones y exactamente un 0,1 en la zona de expansión, lo que indica que no hay contracción económica. Esto ha ayudado a subir al dólar australiano, que se ha situado en 0,92 frente al USD; también ha subido el precio del oro, que ahora pasa del 1250.
Las bolsas han subido en todo el mundo, y parece que ha regresado el apetito por el riesgo. El yen se ha depreciado en todos los parqués, y el USD/JPY marca 99,5.
En Gran Bretaña, los precios internos se han situado más alto de lo esperado y el índice de gestores de compra ha sobrepasado con creces las previsiones, con una lectura de 52,5 frente al esperado 51,4. Esto también ha ayudado a la recuperación del apetito de riesgo. En Europa, este índice ha tenido diferentes lecturas según los países pero, en general, el IPC ha sido mejor de lo esperado, lo mismo que las cifras del paro (12,1% frente a 12,3%), todo lo cual ha ayudado a aupar al euro en las primeras horas de la sesión europea.
Hay que destacar que el 4 de julio es el día de la independencia aquí en EE UU y que es fiesta nacional. En Europa, en cambio, nada se detiene y tanto el Banco de Inglaterra como el BCE tienen reuniones esta semana. Será el primer encuentro que presida Mark Carney, el nuevo jefazo del Banco de Inglaterra.
El viernes esperamos la cifra de empleo no agrícola, del que se espera un aumento de 170.000 nuevos empleos –una cifra poco exigente, a mi modo de ver.
Pero primero tenemos que echarle un vistazo al ISM del sector manufacturero de EE UU, del que se espera una lectura de 50,5 después de la del mes anterior, que se situó en 49. Si la cifra final resulta ser mejor de lo esperado, podría empezar otra vez aquella conocida sensación de que “lo bueno es malo” en el mercado, y los datos de esta semana podrían deshacer todo lo que intentó hacer la Fed la semana pasada para asegurar a los mercados de que nadie iba a aguarles la fiesta.
Así que los datos macroeconómicos de esta semana, en especial el de empleo no agrícola, son importantes, y no espero que la volatilidad disminuya solo porque lo quiera la Fed. Ellos han empezado la fiesta y ellos tienen que terminarla. Supongo que está bien que lanzaran ese aviso, pero, a la larga, da igual cómo trates de presentar las cosas, porque todo está muy mal.
A menos, claro está, que pretendan terminar con las medidas de flexibilización y que continúen con ellas ad infinitum. En cualquier caso, este mercado es el sueño de cualquier trader, de modo que se presentan multitud de oportunidades para quien sepa mantener la cabeza fría.