A medida que los observadores del mercado petrolero tratan de identificar los resultados de la pandemia del coronavirus, hay que tener cuidado con la información engañosa. Si bien la demanda de petróleo está inevitablemente al alza en Estados Unidos a medida que reanudan la actividad las economías estatales, en general sigue deprimida. Aunque la OPEP+ firmó un acuerdo que ampliaba las actuales cuotas de producción la semana pasada, esto debe considerarse un éxito muy a corto plazo.
Por otro lado, los fatalistas que auguran el fin de las industrias o de países enteros debido a la reciente caída de los precios del petróleo también están equivocados.
Todavía estamos observando cómo reacciona el mercado del petróleo en las últimas etapas del colapso económico inducido por la pandemia, pero las recogidas de beneficios rápidas no siempre son adecuadas. Éstos son los hechos:
1. Demanda de petróleo de Estados Unidos
La demanda de combustible de Estados Unidos sigue en niveles bajísimos, y eso va a lastrar los precios del crudo pues las refinerías siguen bombeando más productos y aumentan las reservas de gasolina, diésel y otros combustibles.
Si bien las cifras de consumo de gasolina y diésel (destilado) han comenzado a subir semana a semana a medida que los estados reactivan sus economías, eso no significa que las previsiones generales estén mejorando. La media de cuatro semanas para el consumo de gasolina en Estados Unidos descendió un 22% con respecto a la misma época del año pasado, mientras que el consumo de diésel y combustible para aviones disminuyó un 18% y un 64%, respectivamente, según la Administración de Información Energética.
La disminución del consumo de combustible diésel debería ser especialmente preocupante. Como indicador de la actividad industrial, la demanda de diésel lleva debitada l desde febrero de 2019. Según el API D-E-I, un indicador de la actividad económica desarrollado por el Instituto Americano del Petróleo, la demanda industrial de diésel ha disminuido significativamente. Aunque la demanda de combustible diésel para transporte comercial aumentó durante el confinamiento del coronavirus, el consumo de combustible diésel experimentó aun así en abril el mayor descenso mensual de su historia.
Además de la débil demanda, un flujo de petróleo crudo procedente de Arabia Saudí ha ayudado a crear una gran superabundancia de productos petrolíferos. Un montón de petróleo de Arabia Saudí se descargó en los puertos de Estados Unidos en mayo y principios de junio. Sin embargo, disminuyen las exportaciones de petróleo de Arabia Saudí, hasta en 4 millones de barriles al día este mes en comparación con abril. Una gran parte del crudo saudí está dirigido a Asia, por lo que espera que las exportaciones saudíes a Estados Unidos disminuyan muy significativamente en las próximas semanas.
2. Conclusiones de la Reunión de la OPEP+
Los mercados del petróleo no han visto muchos beneficios en las nuevas políticas de producción mensual de la OPEP. La OPEP+ se reunió el sábado y decidió ampliar sus cuotas de producción actuales otro mes, ya que tanto Arabia Saudí como Rusia dejaron claras sus intenciones a principios de la semana pasada.
Tras la rueda de prensa celebrada por el ministro de energía saudí, Abdulaziz bin Salman, y el Ministro de Energía ruso Alexander Novak el lunes por la mañana, los precios del petróleo descendieron en varios dólares. Arabia Saudí obtuvo lo que quería de la decisión de la OPEP+, una razón para subir 6,00 dólares por barril el precio del crudo que va a vender a Asia en julio.
¿Por qué los precios del petróleo descendieron nada menos que un 3% tras la rueda de prensa? Arabia Saudí declaró que no ampliará su reducción de 1 millón de barriles al día más después de junio y el grupo de la OPEP+ tiene previsto reunirse de nuevo en julio para reevaluar el mercado en cualquier caso. En ese momento podría decidir aumentar la producción. Esto ha indicado al mercado que la OPEP+ no está comprometida en la gestión del mercado a largo plazo, sino que está tomando decisiones reaccionarias basadas en el corto plazo. Como resultado, es probable que la volatilidad de este mes se repita el que viene.
3. Malestar no significa desastre
Un nuevo informe del Instituto para la Economía y la Paz fue noticia esta semana al declarar que los efectos económicos del coronavirus podrían "resultar en el colapso de la industria del petróleo de esquisto de Estados Unidos a menos que los precios del petróleo vuelvan a sus niveles anteriores".
Quienes siguen la producción de petróleo de Estados Unidos entienden perfectamente que esta declaración es una evaluación de riesgos sin valor por parte de los analistas que no entienden el sector petrolero de Estados Unidos. Es cierto que hay muchas compañías petroleras en la región de esquisto que están funcionando mal y podrían colapsar. Sin embargo, el sector está compuesto por un grupo diverso de empresas, cada una de las cuales está luchando por sobrevivir en el actual período de precios bajos.
Algunas compañías están en bancarrota, pero otras incluso están considerando poner en funcionamiento pozos que habían sido cerrados. El sector se está redefiniendo durante este período de malestar económico, pero no se está derrumbando.
Los bajos precios del petróleo provocan una tensión económica que podría conducir a tensiones políticas. El informe menciona a Irak, Arabia Saudí e Irán como países de Oriente Próximo susceptibles a la inestabilidad política como resultado de los bajos precios del petróleo. Sin embargo, los bajos precios del petróleo en sí mismos no provocan inestabilidad política —la reacción del Gobierno a este desafío sí podría hacerlo.