El mercado bursátil chino tiene fama de ser bastante hermético, pero los inversores extranjeros ejercen una gran influencia sobre él. Prueba de ello es el programa Stock Connect. Este programa, que vincula los mercados de Hong Kong y China continental desde hace casi una década, es la forma en que los inversores internacionales suelen negociar las acciones de China continental. Y sus flujos netos se siguen muy de cerca, tanto como un importante barómetro del sentimiento de los inversores mundiales hacia China como un predictor del comercio en tierra firme a través de la China continental.
Hace un año, este indicador parecía bastante alentador, impulsado por las esperanzas de una reactivación del mercado tras la crisis del Covid. Sin embargo, los flujos de inversión pronto se invirtieron cuando la gente empezó a preocuparse por la crisis inmobiliaria, el aumento de las tensiones geopolíticas y otros factores. De hecho, los extranjeros han vendido más acciones chinas de las que han comprado desde agosto, cuando el impago de los bonos del promotor inmobiliario Country Garden puso de manifiesto la profundidad de la crisis inmobiliaria. Eso dejó el saldo de los flujos extranjeros en acciones chinas en sólo 30.700 millones de renminbi (4.300 millones de dólares) para el año, siendo esta la cantidad anual más baja desde 2015. En épocas mejores, los inversores extranjeros se hacían con esa cantidad de acciones en un mes.
Todo esto ha dejado a las acciones chinas extremadamente desfavorecidas. Una encuesta de Bank of America (NYSE:BAC) del mes pasado mostró que los gestores de fondos centrados en Asia habían recortado sus asignaciones a las acciones chinas más bruscamente que cualquier otro en la región. Pero, por otro lado, esto significa que hay mucho más margen para que esos inversores globales aumenten, en vez de recortar, su exposición a la segunda mayor economía del mundo. Y esa decisión puede resultar aún más tentadora por el hecho de que las acciones chinas están muy baratas, tras haber caído casi un 60% desde principios de 2021. Esta caída ha dejado la relación precio/beneficios basada en los beneficios esperados de las empresas chinas por debajo de 10, aproximadamente la mitad de la media mundial. Dicho esto, las valoraciones baratas no han sido suficientemente atractivas para estas acciones últimamente. El tiempo dirá si 2024 es diferente.