Cuando se sube una montaña, el momento en que se vislumbra la cumbre suele suponer una fuerte motivación en la etapa final. En los mercados, sin embargo, esta situación genera una reacción diferente. Históricamente, cuando la dinámica económica se acerca a un pico o cuando hay sorpresas positivas en el crecimiento y los beneficios, los mercados bursátiles tienden a tomarse un respiro en su marcha alcista.
La pregunta de si nos acercamos a un pico económico se plantea actualmente para el motor de la economía de los últimos meses, Estados Unidos. Tras un fuerte movimiento de recuperación del sector de servicios, el índice compuesto preliminar de gestores de compras alcanzó en mayo un récord de 68,1, un nivel que costará mantener en los próximos meses. A principios de año, la estimación de consenso para el crecimiento de EE.UU. en 2021 se situaba en torno al 4%, mientras que ahora es del 6,5%. La relación entre las revisiones al alza y a la baja de las previsiones de beneficios de las empresas del índice estadounidense S&P 500 también ha alcanzado unos niveles muy elevados, tras la estelar temporada de presentación de resultados del primer trimestre.
En otras partes, el pico aún está bastante lejos, o bien ya se ha superado. En la zona euro, por ejemplo, el sector de servicios apenas empieza a despertarse de su letargo provocado por la pandemia, si bien el manufacturero ya va a toda marcha, al menos en Alemania. En China, el sector de servicios está repuntando de nuevo; sin embargo, en el caso de otros indicadores, como la concesión de crédito, el gran impulso alcanzado tras superarse pronto la pandemia ya parece estar remitiendo, en parte para frenar los indicios latentes de sobrecalentamiento, como en los mercados inmobiliarios, y para allanar el camino de un crecimiento estable.
La próxima semana
Después de un pequeño respiro la semana pasada, la publicación de datos económicos se vuelve a acelerar a principios de junio. Una nueva ronda de índices de gestores de compras mundiales arrojará luz sobre las tendencias de crecimiento regionales y sectoriales, en un contexto marcado por la reanudación de la actividad económica en muchos países desarrollados. Es de prever que los buenos niveles de las estimaciones preliminares se confirmen en muchos casos.
El viernes nos espera el plato fuerte de la semana: el informe de empleo de EE.UU. para el mes de mayo. Tras la enorme decepción del mes anterior, se prevé que la cifra sea considerablemente mejor que la de abril; en conjunto, las señales provisionales del mercado laboral han sido bastante sólidas. No obstante, se observa un lento retorno de los trabajadores estadounidenses al mercado de trabajo. En lo que respecta al tema de la inflación, también se prestará atención al salario por hora. En este sentido, será asimismo interesante la previsión de la inflación de precios al consumo de la zona euro correspondiente a mayo, que se publica el martes. Debido a los efectos de base y al repunte de la demanda, junto con cuellos de botella de la oferta de varios productos e insumos, las tasas de inflación podrían elevarse hasta casi el objetivo del BCE del 2%, o incluso superarlo, por primera vez desde 2018.
Desde Japón, la semana que viene nos llegará el dato preliminar de producción industrial correspondiente a abril y el de las ventas minoristas. Últimamente, la economía de Japón ha vuelto a rezagarse debido, entre otras cosas, a la lenta campaña de vacunación, a pesar de que la demanda de exportaciones y la producción han podido acelerarse a un ritmo razonable en línea con la tendencia mundial.
Pendientes del pico de la economía estadounidense
La combinación de la reapertura económica, un fuerte apoyo fiscal y una política monetaria que sigue siendo muy expansiva respaldan nuestro escenario central de un sólido crecimiento económico en el transcurso del año. No obstante, el hecho de que la economía de EE. UU. se acerque a un pico de la dinámica de crecimiento podría aumentar la vulnerabilidad a una corrección de los mercados bursátiles estadounidenses, que cada vez anticipan más una fuerte expansión post-coronavirus.
Sin embargo, también se presentan oportunidades de rentabilidad superior en Europa, donde ahora se perfila un fuerte movimiento de recuperación. Esto podría ampliarse a Europa del Este, una región que ha estado fuera del foco de atención durante bastante tiempo.
Estén pendientes del pico.