A pesar de las dudas acerca de la evolución de la economía tras los datos publicados en los EEUU durante la semana pasada, los índices lograron terminar la semana cerca de máximos después de haber vuelto a atacar, sin éxito, la siguiente zona de soporte clave. Este comportamiento nos permite hablar de la aparición de un ‘hammer’ que, tal y como se comentó en el post del pasado miércoles (ver ‘Septiembre no termina tan mal’), puede considerarse como la primera señal seria de formación de un suelo.
En este gráfico se analiza la evolución del Eurostoxx50 contado en base semanal. Tal y como se ha comentado, la media europea inició la semana en la parte alta del rango de negociación de la semana y tras atacar, por segunda semana consecutiva, la zona comprendida entre los 3.044 y los 3.089 puntos, logró terminar la semana solo un céntimo por debajo de la zona de soporte comentada y por encima del precio de apertura del lunes pasado, lo que permitió que se formarse un ‘hammer’.
La zona de soporte comentada es clave por varios motivos. En primer lugar se trata de uno de los máximos/mínimos decrecientes de la estructura bajista desplegada entre 2007 y 2012 (mínimo de agosto de 2008 y máximos de principios de 2010 y de 2011). Esta zona se logró superar con muchas dificultades y con múltiples trampas durante el año 2014. Además, la línea de tendencia alcista que se puede construir desde el verano de 2012 (promesa de Draghi) corregida sobre el mínimo de octubre de 2014, pasa por esa misma zona, y ha sido respetada, en términos de cierre semanal, por segunda semana consecutiva.
Obviamente, uno o dos ‘hammers’ consecutivos en zona de soporte indica que la presión compradora es superior a la presión vendedora en esos entornos de precio. Sin embargo, no es suficiente como para asegurar que se va a desplegar un movimiento alcista; para ello, es necesario que las figuras de suelo se ratifiquen. En este sentido, la reacción de las bolsas USA en la última parte de la sesión del viernes eleva la probabilidad de que la sesión del lunes empiece con un hueco al alza que, de no cerrarse, sería una señal de asentamiento de las figuras de suelo. Pero solo se podría estar seguro de la formación de un suelo relevante cuando aparezca una vela alcista semanal que ratifique los ‘hammers’.
Si centramos ahora la atención al gráfico diario del Eurostoxx50, observamos la gran reticencia del índice a la hora de romper la línea de tendencia, corregida sobre el mínimo de octubre de 2014, a la que se ha hecho referencia previamente. Este comportamiento indica que si bien no hay ninguna figura de capitulación bajista agresiva en el gráfico diario, hay posibilidades de que se haya construido una acumulación en la zona de soporte clave en donde encontramos también el mínimo de reacción de agosto (mínimo de la onda 3 de la onda C del proceso correctivo iniciado en abril). Todo ello eleva la probabilidad de que la onda 5 pudiera haber terminado y de que, además, se haya formado un doble suelo (esta posibilidad solo podrá asegurarse si se supera, de manera consistente, la resistencia de los 3.300 puntos).
Por lo tanto, la suma de todo los argumentos expuestos elevan la probabilidad de que asistamos a una recuperación del Eurostoxx durante las próximas semanas, recuperación que, muy probablemente, no sea capaz de superar la zona comprendida entre los 3.290 y los 3.325 (antes deberá enfrentarse a la zona de resistencia intermedia situada entre 3.160 y 3.190). Por ello, si la semana empieza con un hueco al alza por encima de 3.100, se debe iniciar una posición larga la cual debe ligarse a un stop por debajo de 3.069 en términos de cierre. En cuanto aparezca un cierre por encima de 3.160, se deberá incrementar la posición, volviéndolo a hacer en caso de cierre por encima de 3.185. A partir del 3.260 y, progresivamente, hasta el 3.325, se deberá ir recogiendo beneficios.
En este gráfico se analiza la evolución del Ibex contado en base semanal. Al igual que en el caso anterior, el selectivo español formó un ‘hammer’ la semana pasada tras alcanzar la zona de precios en donde encontramos el mínimo de octubre de 2014 (onda 4 de la estructura alcista iniciada en 2012), el mínimo creciente de la subida 2012/2015 que se fijó verano de 2012 y la base del desdoblamiento del canal alcista que se inició en 2012 y que se perforó en agosto. Este comportamiento indica que es posible que se haya formado un suelo desde el que se podría desplegar una reacción alcista.
En este otro gráfico se analiza la evolución del Ibex en base diaria. La principal diferencia con el caso anterior lo encontramos en el hecho de que el mínimo de septiembre se encuentra por debajo del mínimo de agosto, lo que implica que estaríamos ante un descuento normal de ondas (la onda 5 suele colocar un mínimo por debajo de la onda 3).
Pese a lo comentado, será clave ver si el índice abre la sesión por encima de los 9.670. De lograrlo, la probabilidad de que la reacción de la semana pasada represente un suelo relevante se elevará lo que será una señal más convincente de que se podría estar ante el inicio de un proceso de recuperación que debería tender al entorno de los 10.350 puntos.
Por lo tanto, si aparece una apertura por encima de 9.670 se deberá iniciar una posición larga la cual deberá incrementarse en caso de vuelta a los 9.570. El stop deberá colocarse por debajo de 9.560 en términos de cierre. Por último, si se supera el nivel de los 9.857 puntos en cierre, se deberá incrementar la posición con la intención de empezar a recoger beneficios en los 10.140 puntos y, progresivamente, hasta los 10.350.