Ser inversor es lo más parecido a un deportista de resistencia. Al inicio de la carrera sabe que el recorrido es largo y que tiene que prepararse para vivir momentos de dificultad en el recorrido. Sin embargo, a lo largo de la carrera y ante momentos de máxima exigencia y extenuación, tanto el deportista como el inversor se plantean abandonar. Solo el carácter propio del deportista o del inversor, en mayúsculas, lo hacen continuar porque sabe que la recompensa está en la meta. Una de las mayores “pájaras” inversoras la vivimos al final del pasado año. El “hombre del mazo” de la recesión pego con fuerza y como sucede con las pájaras en el deporte, golpeo sin avisar. El temor al fin de ciclo, como la falta de azucares en la sangre de un deportista, provocaron sudores fríos, mareos y vista nublada en el inversor. Afortunadamente, este año 2019, los inversores se están alimentando con una buena remesa de datos macro y noticias constructivas, que como las barritas energéticas y geles de glucosa en los deportistas, están haciendo recuperar las fuerzas del inversor. Este, con ambiciones renovadas, está poniendo nuevamente toda la carne en el asador impulsando los mercados de renta variable a los niveles anteriores al momento de crisis vivido.
La pasada semana los mercados de renta variable internacional se impulsaron hasta niveles de septiembre de 2018 apoyados en la mejoría en el dato de la producción industrial alemana, la creación de empleo en EE.UU. y el optimismo de Trump sobre las negociaciones comerciales con China. La dosis de azucares de esta pasada semana llevo al IBEX por encima del 9.500 con una subida de casi el 3% y en la misma medida al EuroStoxx 50. Al otro lado del Atlántico el S&P 500 avanzo un 2,10 % y el Dow Jones un 1,50 %. La hipoglucemia que también se contagió al mercado del crédito y la deuda ha sido superada y la pasada semana se mantuvieron estables las tires de los bonos y la deuda.
La semana en la que entramos le toca tirar del pelotón al BCE. El miércoles celebra su reunión de política monetaria y de tipos de interés. Los bancos centrales saben que fueron ellos los principales causantes de “la crisis de azúcar” que causo el agotamiento repentino de los inversores debido al fuerte ritmo que impusieron al pelotón en las subidas, desde el principio del año. Por eso sabemos que el jefe de filas del BCE, Mario Darghi, realizará un paso testimonial por la cabeza de las citas importantes de la semana. Incluso se espera algún gesto repartiendo bidones de bebidas isotónicas al equipo de la banca. Veremos la fórmula que busca Draghi para aliviar la presión que sobre la banca supone una facilidad de depósito en negativo durante tanto tiempo, sin modificar los tipos de interés. El resultado puede ser favorable al sector financiero europeo, por lo que podría repuntar sus valoraciones esta semana y ayudar a los índices europeos de renta variable.
Semana en la que se volverá a hablar del Brexit en espera de la aceptación, por parte de la unión europea, de la nueva prórroga solicitada por los británicos. Pero, ante la cada vez más evidente posibilidad de que no tengamos Brexit en el corto plazo, este aspecto no tendrá esta semana repercusión en los mercados de renta variable, aunque si posiblemente en la cotización de la libra.
En definitiva los mercados en línea positiva para esta semana y aunque tocará corregir en breve de momento no se encuentran razones para suficientes para ello. Quizás debería corregir, como bajan el ritmo los ciclistas para alimentarse porque, si no lo hacen, el riesgo de la pájara volverá a sobrevolar sobre el pelotón de inversores.