Si estamos empezando a informarnos sobre el mundo de la inversión, es importante que asimilemos los conceptos más básicos que rigen este sector. Definir una estrategia, buscar las comisiones más bajas y no invertir todo el dinero que tenemos en la cuenta son pasos necesarios para el bienestar de nuestras finanzas y para nuestra propia tranquilidad. En este artículo mostramos todas estas ideas y más.
Planificar el camino de la inversión
Desde que empezamos a pensar en invertir tenemos que dibujar la ruta que haremos para rentabilizar nuestros ahorros. Como se explica en la web de HelpMyCash.com, especialmente cuando nos estamos iniciando en el mundo de la inversión, debemos pensar en los productos que queremos contratar y en el plazo de tiempo que nos marcamos (por ejemplo, si no tenemos grandes conocimientos del sector, quizá con una inversión a largo plazo podamos ver mejores resultados que si tomamos decisiones arriesgadas a corto plazo sin tener ni idea). También tenemos que pensar en el dinero que destinaremos.
Tener un fondo de emergencia
También tenemos que pensar en que lo ideal no es invertir todos los ahorros, sino que una parte irá a un fondo de emergencia, un dinero que dejaremos totalmente líquido por si en algún momento tenemos un gasto urgente o con el que no contábamos y al que tengamos que hacer frente. ¿Cómo calcular el fondo de emergencia? Por lo general, calcularemos los gastos de un mes y multiplicaremos esta cifra por 3 meses o más, dependiendo de lo previsores que seamos (por ejemplo, si nuestros gastos son de 1.000 euros al mes, por 3 meses, tendríamos que dejar de forma líquida 3.000 euros, sin invertir). Con esto nos aseguramos que si se nos estropea el coche o si tenemos que comprar una nueva aspiradora, tendremos un margen de dinero para tirar adelante.
Si no somos expertos, miraremos los productos no complejos
De forma general, unos productos serán más difíciles de entender que otros, especialmente dependiendo de la experiencia que tengamos. Por eso, si no estamos seguros de que nos convenga alguno de los productos que tenemos en mente o no sabemos cómo funciona, lo mejor es empezar probando algunos sencillos y después seguir con otros más complejos.
Riesgo y rentabilidad van de la mano
Una de las principales reglas de la inversión es que a mayor riesgo, mayor rentabilidad potencial. por lo que tenemos que buscar el equilibrio entre la pérdida que estaríamos dispuestos a asumir para nuestro dinero y la rentabilidad que podemos obtener.
¿Comisiones? Las más bajas
Leas donde leas, la mayor parte de los inversores lo dirán: busca las comisiones más bajas. Como explican en el comparador HelpMyCash.com, hay brókeres online que ofrecen comprar acciones con comisiones muy bajas o casi cero y también podemos acceder a fondos indexados con precios muy bajos (por ejemplo, los robo advisors ofrecen carteras de fondos indexados con comisiones mucho más bajas que los tradicionales servicios de inversión). La importancia de esto viene de que las comisiones se “comen” la rentabilidad, por lo que tenemos que buscar una buena opción.
La parte más personal: constancia y control de las emociones
No debemos olvidarnos de cuidar nuestro dinero invertido y de ir añadiendo dinero cada poco tiempo, ya sea al producto que tenemos o a otros que contratemos. A medida que hagamos el control y la revisión de nuestra inversión, veremos que los mercados son un subir y bajar de cifras, por lo que cuando los momentos bajos lleguen tenemos que controlarnos y analizar si nos conviene mantener el dinero, salir o, incluso, invertir más.