Durante la II Guerra Mundial se realizó un estudio psicológico con los soldados estadounidenses que se encontraba en las trincheras esperando atacar al ejército alemán del Tercer Reich. Se detectó que el nivel de estrés y angustia que tenían los soldados mientras estaban en las trincheras a la espera de recibir la orden de ataque eran muy elevados. Extremadamente elevados.
Por estrategia militar, unas horas antes de salir al campo de batalla recibían un suministro extra de alimentación con pan, vino, galletas y unas chocolatinas. Entonces, se detectó que el nivel de angustia y estrés de los soldados bajaba a niveles normales para esa situación, ya que en esos momentos sabían que en muy pocas horas entrarían en combate con el enemigo con la probabilidad muy alta de no salir vivos.
La paradoja del estudio psicológico concluye que NUESTRO CEREBRO prefiere saber que mañana va a morir antes que vivir constantemente en la INCERTIDUMBRE.
Los mercados financieros son la máxima expresión de un entorno INCIERTO. Y si usted no se encuentra cómodo con la incertidumbre, la bolsa no es para usted.
Anteayer fue el brexit, ayer la guerra comercial entre EE.UU. y China, hoy Coronavirus, mañana… ¡Quien sabe!
En estas primeras semanas del 2020, seguro que todos hemos leído artículos y escuchado a expertos para “saber” lo que nos depara este 2020. Analistas alertando de los riesgos y dificultades para la economía, que, por cierto, de las que yo he leído hasta el pasado 22 de enero ninguna incluía pandemias víricas.
Al igual que los soldados en la II Guerra Mundial, como no soportamos la incertidumbre, buscamos respuestas en las previsiones de analistas o expertos económicos, aunque éstas sean falsas, erróneos o sin sentido. La cuestión es reducir el estrés de esa incertidumbre.
Usted no puede controlar lo que pasará mañana, puesto que el mercado es incertidumbre en sí mismo y por tanto es algo “surrealista“ querer buscar respuestas.
Pero, ¿por qué no nos centramos en lo que sí podemos controlar? Esto es:
- Activo dónde invertir.
- Con qué herramienta invertimos en ese activo: Mediante ETF, Acciones, CFD, Futuros, Warrants, Opciones…
- La cantidad de dinero que queremos invertir en cada inversión o trade.
- Decidir posicionándose corto o largo.
- La cantidad de dinero que estamos dispuestos a arriesgar (perder) en caso de que la operación o la inversión sea incorrecta. (Stop de pérdidas)
- La cantidad de dinero que estamos dispuestos a ganar (Stop de ganancias) y en su defecto utilizar un trailing stop.
- Decidir una ratio pérdida/ganancia mayor de 1:2, si es posible.
- Número de operaciones perdedoras dispuestas a asumir al día, semana, mes o año.
- Gestión emocional. Conseguir una emocionalidad que NO DEPENDA DE LOS RESULTADOS QUE OBTENEMOS.
Todo lo demás, todas las horas que nos dedicamos a leer artículos, ir a conferencias de analistas, ver vídeos de las previsiones económicas… es para reducir nuestro estrés.