Semana ligeramente alcista en las Bolsas europeas en líneas generales, con otras ligeramente en negativo. Un pequeño punto de inflexión que los inversores agradecen, ya que en el contexto actual en el que nos encontramos lo importante más que subir es lograr detener o al menos frenar la vorágine vendedora y con ella la presión bajista, que no es poco.
Dos factores han ayudado a este cometido durante la semana que finaliza:
- El petróleo subiendo un poco, nada del otro mundo, pero subiendo al fin y al cabo. De todas formas, este factor es algo engañoso, porque Irán, que es la cuarta mayor reserva del mundo, podría añadir más de 500.000 barriles de petróleo diarios al mercado, hecho que supondría incrementar la sobreoferta ya de por sí existente. Y además Arabia Saudí, primer productor mundial, se opone a recortar su producción.
Por tanto, desde el punto de vista macroeconómico, el tema del petróleo no ha variado y no habría aún razones de peso para esperar un giro de tendencia, no al menos antes del segundo semestre del año.
- Varios miembros del Banco Central Europeo han expresado éstos días un mensaje unánime: el BCE hará todo lo que sea necesario y están evaluando ver si en la reunión del mes de marzo implementan nuevas medidas, como por ejemplo una nueva modalidad del programa QE, con una cuantía económica diferente y unas limitaciones que varíen respecto a las vigentes.
En el caso de que finalmente fuese así, sería favorable para las Bolsas del Viejo Continente y negativo para el euro. No obstante, no sólo hay que esperar y confirmar que la entidad lo termine anunciando en marzo, sino ver el contenido del nuevo programa, porque a los inversores no les vale cualquier cosa, de hecho ya tuvimos no hace mucho un ejemplo de decepción y los mercados reaccionaron en consecuencia.
Pues bien, estas son las dos razones por las cuales las Bolsas lograron frenar la sangría esta semana. ¿Mi consejo? Precaución, porque como verán, la primera es engañosa y la segunda es subjetiva y sin confirmación aún. Por tanto, no hay razones de peso todavía para que los mercados se giren de manera definitiva, hay mucha incertidumbre y volatilidad.
Mientras tanto, el flujo de capital sigue su curso, el dinero continúa saliendo de la renta variable en busca de activos refugio donde resguardarse mientras las turbulencias sigan presentes. Entre otros, tenemos el oro que acumula en el año una subida del 15%, el yen que se aprecia un 7% frente al dólar, el bund (bono alemán a 10 años) que marcó nuevos máximos históricos, y los futuros de tripas de cerdo que sube un 17%.