Los tres escenarios posibles, donde esta manipulación masiva del mercado y el exceso financiero nos llevarán a: 1) depresión global 2) fusión sistémica 3) rescate global e hiperinflación / autoritanismo (vía Tuomas Malinen@mtmalinen). Observen, que no todo son cánticos, descorches de botellas de champán y barra libre para todos. Los factores, que provocaron la gran crisis de 2008 siguen vigentes. Algunos, además, se han salido de madre, como la burbuja inmobiliaria o la de los bonos. Otra de las grandes burbujas desconocidas en la historia de los mercados financieros la encontramos en los tipos negativos. Los bancos centrales se muestran más transparentes a la hora de comunicar sus decisiones y, a diferencia de ciclos negativos anteriores, están contacto diario. Pero ni ellos ni nosotros hemos aprendido algo de lo que ha sucedido en los últimos diez años. No hay que obviar, por tanto, las tres referencias anteriores. Puedan saltar en cualquier momento", me dice el analista jefe de una importante gestora londinense.
¿Creen que hemos avanzado algo en los últimos seis años respecto a la Crisis Sistémica y a la Crisis de los Mercados? la respuesta es NO.
Contrasta sobremanera cómo hoy muchos parados difuminan e incluso borran sus méritos para aparentar ser menos capaces de lo que son. No vislumbran otra salida que aplicar medias verdades para lograr iniciar una relación laboral, relación en la que supuestamente prima la confianza. Irónico pero terrible, señal clara de un grave problema de fondo. Asusta comprobar hasta que punto ha degenerado parte de la clase dirigente y empresarial. La conjura de los necios es ahora en el ascenso de los mediocres.
La soberbia mediocridad impulsa el orgullo de la nada, que a su vez genera miedo a la humildad, elementos característicos de una sociedad cada vez más dura, fría y deshumanizada. ¿Consecuencias? Lo quieres, lo tienes. El abuelo funda, el padre mantiene y el nieto hunde. El endeudamiento desmedido ha conducido al triunfo del infantil “lo quiero, y lo quiero ahora”. Avaricia creciente e insaciable que, como consecuencia del agotamiento del modelo, en bastantes casos causa una huida hacia delante. La cúpula sucumbe en última instancia a la tentación de la descapitalización empresarial....
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En Japón los excesos de precios precipitaron la crisis; las valoraciones en bolsa, deterioro económico, empresas afectadas, entidades financieras que mantuvieron la ilusión de que el ajuste era temporal y finalmente la crisis bancaria. Lamentablemente, las empresas ahora no son responsables de la Crisis si no sus principales victimas. Las valoraciones del mercado no son elevadas, más bien se trata de un ajuste de tamaño de mercado. El deterioro de las finanzas públicas y el propio deterioro de la economía arrastran el balanza de la banca. Y con ello una financiación crediticia en cuenta gotas. Unos mercados, como dije antes es también una crisis de mercados, que no funcionan. En un mundo sobrado de liquidez, esta llega en cuenta gotas a la economía productiva. Y a las familias.