China, el hombre principal en la economía mundial durante los últimos años está sintiendo el impacto en todos sus frentes. Sea testigo de la continua disminución de las acciones chinas, con el Índice Compuesto de Shanghai (SCI) cayendo otro 2,7% ayer a su nivel más bajo en siete semanas. En lo que va de año hasta la fecha, el SCI ha logrado un pequeño avance ligeramente inferior al 4%. Las acciones chinas están arrastrando las cadenas que hay en los demás miembros de los BRIC - el Sensex lleva ya un 11% este año, el MICEX de Rusia se sitúa también en el 9%, y el brasileño Bovespa en un 16%. Si se nos acaba la comparación de nuevo al final del mercado bajista anterior, en marzo de 2009, las acciones chinas han sido una calamidad financiera en términos relativos, con el SCI apenas creciendo un 37%, frente al casi 200% de Rusia, y del 124% en ambos lados de India y Brasil.
Algunos podrían argumentar que una comparación más justa es utilizar el índice Hang Seng de China, pero incluso este índice ha sufrido durante los últimos tres años. Ayer, el detonante de mayores pérdidas fue la creciente preocupación sobre las perspectivas de ganancias de las empresas y una caída drástica de los ingresos reportados en el mayor productor de cobre, Jiangxi Copper. Los productores de acero de China registraron pérdidas en el último trimestre del año pasado. De acuerdo con el centro Nacional de Estadísticas, los beneficios de empresas industriales cayeron un 5,2% interanual en los dos primeros meses de 2012.