Los anuncios de planes de estímulo a la economía por parte del Gobierno de Japón, luego del triunfo electoral del pasado domingo, llevan al yen a caer en buena forma en todos los frentes.
Este movimiento, que lógicamente se inició el lunes, puede extenderse en los próximos días a la zona de 106,90/107,00, donde el cruce USD/JPY dejó un gap antes del Brexit. Precisamente, la libra Esterlina, que opera a contramano del yen -recuperando rápidamente posiciones en estos días-, podría cubrir también el gap que dejó el lunes 27 de junio en 1,3635 en forma casi simultánea con el movimiento mencionado del yen.
En dicho caso, conviene revisar uno de los cruces de mayor amplitud de precios de los últimos tiempos, GBP/JPY. Este cayó más de 3000 puntos en pocos días, ante el desplome de la libra y la fortaleza del yen, y la situación está resultando, en estas horas, diametralmente opuesta para el par.
El euro, en tanto, no sale de una suerte de lateralización entre 1,10 y 1,11. Si bien el gráfico de 4 horas presenta ahora mismo una ligera tendencia alcista, solo la superación de 1,1105, primera resistencia, podría llevar a la moneda única a 1,1130, próximo objetivo alcista. Por el contrario, el quiebre de 1,1050 pondrá al euro cerca de 1,10. Sin datos provenientes del Banco Central Europeo previstos para estos días, el euro no tiene muchos motivos para salir del estrecho rango de precios en que se mueve.
La decisión de política monetaria del Banco de Canadá, previsto para las 10:00 del este, es el dato más importante a seguir en la sesión americana del miércoles. Sin cambios previstos en los tipos de interés, estos quedarían en el 0,5%, lo que habitualmente sugiere una baja del Loonie, antes de que luego se estabilice su tendencia. Así ocurre mes a mes, y no sería esta vez la excepción.
De todos modos, la nueva ola de euforia en los mercados bursátiles de Nueva York, cuyos índices están otra vez en máximos históricos, es la nota de estos días. Con la Fed estática en materia de decisiones de política monetaria que puedan mover el tablero, las acciones aprovechan para estirar sus ganancias, paradójicamente favorecidas por el Brexit, que desbarató los planes de la Fed.
No solo los operadores de acciones festejan. También lo hacen los países emergentes, que al ver frustrados los próximos pasos que la Fed tenía previstos, ven como las materias primas comienzan lentamente a tomar aire, al tiempo que el dólar detendría su alza casi violenta que se esperaba para el resto del año.