Madrid, 12 ago (.).- El proyecto de infraestructura gasística Midcat recobra interés en la UE ante las dificultades de abastecimiento de cara al otoño a causa de la guerra de Ucrania.
El MidCat es un proyecto en fase de desarrollo para la conducción del gas almacenado en España procedente de Argelia a otros países de la Unión Europea (UE) a través de los Pirineos.
La iniciativa, también denominada South Transit East Pyrenees (STEP), consiste en la construcción de un nuevo gasoducto entre Cataluña y la región francesa de Midi con el objetivo de duplicar la capacidad de la única interconexión actual entre ambos países.
Con una inversión prevista de 3.100 millones de euros, su construcción, liderada desde 2008 por la española Enagás (BME:ENAG) y la francesa Teréga (antigua TIGF), permitiría transportar 7.500 millones de metros cúbicos de gas natural cada año en ambas direcciones.
Actualmente, España sólo tiene dos interconexiones con Francia, una en Larrau (Navarra) y otra en Irún (Guipúzcoa), que permiten entregar unos 8.000 millones de metros cúbicos anuales, pero con capacidad limitada.
El oleoducto, que conectaría los municipios de Martorell (Barcelona) y Barbaira (Languedoc-Rossellón), está avanzado en territorio español al llegar hasta la localidad gerundense de Hostalric, pero en Francia se encuentra pendiente de estudios de impacto ambiental y expropiación de terrenos.
El proyecto, que recibió alrededor de 500 millones de euros, se encuentra suspendido desde 2019 a raíz del atasco regulatorio entre España y Francia, la incompatibilidad con los objetivos europeos de reducción de emisiones y un coste elevado para una incierta rentabilidad.
Sin embargo, los problemas de abastecimiento en el centro de Europa por la invasión rusa de Ucrania han reabierto el debate sobre la excesiva dependencia del gas ruso, que supone el 40 % del consumo de los países de la UE.
El Gobierno español ha asegurado que en 8 o 9 meses podría estar listo el lado español de este proyecto, que también transportaría hidrógeno verde en línea con la futura transición a las energías limpias.
De este modo España, gracias a esta infraestructura y a su capacidad de almacenaje, se convertiría en un gran 'hub' de suministro de gas en el sur de Europa y dotaría de más autonomía energética al continente.
Actualmente, la Península Ibérica es considerada casi una "isla energética" debido a un nivel insuficiente de interconexiones, con una cota del 5,8 % frente al objetivo establecido del 15 % para 2030.
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