Sao Paulo, 30 may (.).- Repsol (BME:REP) renunció a ejercer su derecho de preferencia para comprar toda la participación que la brasileña Petrobras (NYSE:PBR) tenía en una concesión en Brasil compartida con la petrolera española y que acordó vender por 2.200 millones de dólares a un tercero, informó este lunes la empresa.
"Repsol Sinopec (NYSE:SHI) informó a Petrobras de que no ejercerá su derecho de preferencia para la adquisición de la participación del 90 %" propiedad de la petrolera estatal brasileña "en el campo de Albacora Leste", un campo marítimo a unos 120 kilómetros del litoral de Río de Janeiro, indicó la compañía en una nota.
La firma española mantendrá su participación actual del 10 % sobre esta concesión situada en aguas profundas del océano Atlántico, agregó Repsol.
Dicha concesión se la adjudicó en un concurso público un consorcio liderado por Petrobras, que ostentaba un 90 %, y Repsol (10 %), que, como socio, tenía preferencia para adquirir el resto de la operación en caso de una posible venta, como así ocurrió.
Petrobras, controlada por el Estado brasileño, pero con acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid, anunció en abril pasado un acuerdo con la también brasileña Petro Rio para vender la totalidad de su participación en ese campo por 2.200 millones de dólares.
Sin embargo, el negocio dependía de que Repsol no ejerciera su derecho de preferencia de compra, lo que fue confirmado este lunes.
Superado ese trámite, ahora falta la aprobación del órgano antimonopolios brasileño y de la Agencia Nacional del Petróleo, Gas y Biocombustibles para la conclusión del negocio.
El campo de Albacora Leste tiene un área de 511,56 kilómetros cuadrados en la zona conocida como el "presal", el horizonte de explotación que Brasil descubrió en aguas muy profundas por debajo de una capa de sal de dos kilómetros de espesor.
La producción media diaria de enero a marzo de este año alcanzó los 25.400 barriles de petróleo y los 615.300 metros cúbicos de gas.
La venta de los derechos se enmarcó en el programa de desinversiones con el que Petrobras busca reducir la deuda, mejorar su perfil financiero y centrar las operaciones en los activos más rentables, y que prevé ventas de activos por entre 15.000 y 25.000 millones de dólares hasta 2026.