El viernes, el yen japonés experimentó un retroceso, ya que las cifras del índice de precios al consumo (IPC) en Japón no alcanzaron las expectativas de los analistas. Según los analistas de ING, los datos de inflación nacional publicados mostraron un descenso del IPC general del 2,8% al 2,7% y una reducción del IPC subyacente, que excluye los alimentos frescos y la energía, del 2,8% al 2,6%. Es la primera vez desde 2022 que la inflación subyacente se sitúa por debajo del 3%.
El informe de ING destacaba que, aunque el yen estaba ganando terreno debido a la evolución de los mercados durante la noche, los factores internos, es decir, los datos de inflación por debajo de lo previsto, hicieron que su rendimiento fuera inferior al del franco suizo en el actual entorno de aversión al riesgo. El movimiento de la divisa refleja las reacciones de los inversores a los indicadores económicos que influyen en las decisiones de política monetaria.
El estratega de divisas de ING mencionó que las expectativas del mercado sobre la política monetaria del Banco de Japón se centran en una pausa en el ciclo de endurecimiento durante la reunión de abril. Sin embargo, el economista japonés de ING sugiere que podría producirse un cambio de política antes de lo que prevé el mercado. Mientras que el consenso apunta a un cambio de política en octubre, el economista de ING prevé una posible subida de tipos de 15 puntos básicos en julio, seguida de un aumento de 25 puntos básicos en octubre.
Las cifras de inflación y sus posibles implicaciones para las decisiones políticas del Banco de Japón son fundamentales para los inversores que siguen el impacto de la política monetaria en la fortaleza de la divisa. La posición del yen frente a otras divisas seguirá probablemente influida por los indicadores económicos de Japón y la respuesta del banco central a los mismos.
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