El consejero delegado de JPMorgan Chase (NYSE:JPM), Jamie Dimon, y la senadora Elizabeth Warren han saltado a los titulares por sus críticas a las criptomonedas, que han suscitado un intenso debate en todo el espectro financiero y político. Dimon, en una comparecencia ante el Senado el viernes, condenó el uso de criptodivisas para actividades delictivas, pidiendo que se ponga fin a la industria, a la que describió anteriormente como "esquemas Ponzi descentralizados". Abogó por un escrutinio regulador más estricto de las criptodivisas que de los bancos.
La comunidad de criptomonedas no tardó en responder, destacando el propio historial de acuerdos legales de JPMorgan bajo el liderazgo de Dimon. Estos incluyen un acuerdo de noviembre de 2013 de 13.000 millones de dólares sobre valores hipotecarios engañosos, una sentencia en abril de 2012 por más de 2.000 millones de dólares relacionados con abusos en el servicio de préstamos hipotecarios, y una obligación de agosto de 2008 de reembolsar a los inversores 7.000 millones de dólares por tergiversaciones en la venta de valores. Otros asuntos legales para JPMorgan incluyeron un acuerdo de septiembre de 2020 por 920 millones de dólares en relación con acusaciones de fraude de mercado y una multa de mayo de 2015 superior a 2.500 millones de dólares por manipulación del cambio de divisas. Además, en 2013, el banco se enfrentó a una importante multa de 1.900 millones de dólares relacionada con ejecuciones hipotecarias. Estas sanciones han intensificado el escrutinio sobre el liderazgo de Dimon en medio de los debates regulatorios en curso que implican tanto a las finanzas tradicionales como a los sectores de la criptomoneda.
Por otra parte, la senadora Warren se hizo eco de algunas de las preocupaciones de Dimon sobre las criptomonedas en una entrevista reciente, describiéndolas como una amenaza significativa que podría estar vinculada a delitos mundiales como la financiación del terrorismo y la financiación del programa nuclear de Corea del Norte. Esta postura suscitó las críticas de los defensores de las criptomonedas, entre ellos el fundador de Dogecoin, Billy Markus, conocido por su seudónimo "Shibetoshi Nakamoto", y el empresario Elon Musk. Argumentaron que Warren mostraba favoritismo hacia la banca tradicional y los intereses de los ricos a expensas del ciudadano medio.
En contraste con estas opiniones, una investigación de Andrzej Gwizdalski, de la Universidad de Australia Occidental, presentó pruebas que refutaban las afirmaciones de Warren. Las conclusiones de Gwizdalski indicaron que la criptomoneda está implicada en menos del 1% de los delitos financieros, mientras que las monedas fiduciarias como el dólar están implicadas en aproximadamente 3,2 billones de dólares de transacciones ilegales al año. Señaló que la tecnología blockchain ofrece una transparencia que suele ser desfavorable para los delincuentes debido a la trazabilidad de las transacciones en la red.
El tira y afloja entre los críticos de alto perfil como Dimon y Warren y los defensores de la criptomoneda subraya el debate en curso sobre el papel y la regulación de las monedas digitales en el sistema financiero actual.
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