La Reserva Federal de los Estados Unidos subió las tasas de interés en un 0.25% el miércoles en un intento de luchar contra la inflación, pese a los riesgos para la estabilidad financiera. Es decir, con dolor o sin dolor, con colapso bancario o no, la Reserva sigue con una política de endurecimiento monetario. Claro que los incrementos se han moderado. Ya no se trata de incrementos de 0.75%, ni de 0.50%. Hemos retornado al tradicional aumento del 0.25%. Cierto que hace unas semanas Jay Powell sugirió que el 0.50% todavía era una posibilidad. Pero, al parecer, un incremento de 0.50% no era necesario.
¿Qué podemos deducir de su discurso? En primer lugar, se introdujo una frase nueva. En torno al futuro, se pasó de “aumentos continuos” a “endurecimiento adicional”. Lo que nos podría estar sugiriendo que la tan anhelada pausa está un poco más cerca que antes. La diferencia entre sus discursos en el Congreso y su último discurso es la publicación del último reporte de inflación. El IPC midió 6% para el año que finalizó en febrero, por debajo del 6,4% de enero y en línea con las expectativas de los economistas. Cierto que el combate contra la inflación se ha vuelto cada vez más complejo. Sin embargo, podemos alegrarnos con las recientes victorias.
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