Los mercados fluctúan. El precio sube cuando hay más compradores que vendedores. Y baja cuando ocurre lo contrario. Los compradores son, esencialmente, optimistas. Y los vendedores son, esencialmente, pesimistas. El secreto es comprar bajo y vender alto. Por esa razón, el que vende piensa que ha llegado a la cima. Claro que la decisión de vender o comprar no siempre obedece al orden racional. En la mayoría de los casos, la emoción es la que domina la vida del inversor. Hablemos del precio de Bitcoin, de las posibles razones de su comportamiento y del difícil arte de hacer predicciones.
La firma PlanB, que cuenta con unos seguidores muy fieles y devotos, predijo que “en el peor escenario” el precio de Bitcoin sería $98K para el mes de noviembre. ¡Ouch! En este momento, Bitcoin está luchando con dificultad por mantenerse por encima de los USD 50,000. Obvio que PlanB se equivocó a lo grande aquí. Este servidor dijo, hace un par de meses, que era muy probable que Bitcoin rompa su máximo histórico de $64K antes de enero debido al auge comercial y financiero de fin de año. Técnicamente, ese máximo se rompió. Pero la fiesta duró muy poco, porque luego volvimos a caer por debajo del máximo. ¿Qué pasó?
Sigue leyendo: Bitcoin: ¿Necesitamos a Warren Buffett? En primer lugar, lo probable no es un hecho. Podemos seguir una tendencia y hacer algunas proyecciones. Pero estas proyecciones no pueden incluir eventos inesperados. Es decir, la probabilidad no cubre muy bien las excepciones. Mi proyección personal no contemplaba la variante omicron, la creciente persistencia del movimiento antivacuna y los anuncios (y rumores) de un cambio de la política monetaria (EEUU). Estos cambios lo cambian todo. Hace unos meses, los datos nos sugerían que las probabilidades estaban del lado de los optimistas. Ahora, el ambiente es mucho más mixto.