Madrid, 14 ene (.).- El grupo cementero mexicano Cemex (MX:CMXCPO) ha iniciado las negociaciones para llevar a cabo un despido colectivo de 188 trabajadores en España que afectará a las plantas de Gádor (Almería) y Lloseta (Mallorca), a las oficinas corporativas y comerciales y a otros centros de trabajo.
La compañía, que a mediados de octubre pasado anunció una reestructuración de su negocio en España y el cierre de ambas fábricas -que emplean en su conjunto a 200 personas- ha constituido hoy la mesa negociadora y prevé culminar las negociaciones, como máximo, el próximo 14 de febrero.
Como parte de este proceso Cemex España ha iniciado una reestructuración que afectará tanto a su modelo de organización como a su implantación industrial en España, según ha indicado en un comunicado.
En concreto, la cementera prevé tanto una reducción de su estructura como la paralización de la actividad productiva en dos de las siete fábricas de cemento con las que cuenta en el país, las de Lloseta y Gádor.
También se verán afectados otros centros de trabajo, determinadas oficinas comerciales, así como las propias oficinas corporativas.
Cemex recuerda que la situación del sector y las perspectivas de la industria frente a la nueva regulación europea sobre los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2), a partir de 2020, hacen "totalmente necesaria" la adopción de una serie de medidas.
Con ellas la compañía busca asegurar el mantenimiento de la actividad en España y su presencia en los diferentes mercados en los que opera.
Asimismo, la cementera indica que hasta que no concluyan las negociaciones, a mediados de febrero no facilitará más información "para el correcto y mejor desarrollo de las mismas".
En este contexto, seis proyectos potenciarán la reindustrialización de la Comarca del Bajo Andarax de Almería tras el cierre de la planta de Gádor, gracias a la declaración conjunta de reindustrialización firmada hoy por la compañía, el Gobierno y la Junta de Andalucía.
En el caso de Mallorca, el acuerdo para la reindustrialización de Lloseta y la comarca mallorquina del Raiguer tras el cierre de Cemex abarca ocho proyectos, incluida la construcción de una planta de hidrógeno.
El gobierno balear prevé que la inversión total para la puesta en marcha de los proyectos oscile entre 41 y 42 millones de euros.