Bruselas, 27 sep (.).- La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, insistió este lunes en que el aumento de la inflación en la eurozona, que en agosto alcanzó el 3 %, es "en gran medida temporal" y, si bien no descartó que los precios puedan subir más de lo previsto, aseguró que el riesgo de que esto ocurra es limitado.
El escenario central del BCE sigue siendo que la inflación se situará por debajo del nuevo objetivo del 2 % a medio plazo, por lo que de momento descarta "absolutamente" una subida de los tipos de interés, explicó Lagarde en un debate con la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara.
El organismo cree que el incremento de la inflación está motivado sobre todo por el aumento de los precios del petróleo desde el año pasado, el fin de la reducción temporal del IVA en Alemania y la escasez de materiales y equipos que ejercen presión sobre los costes, a lo que se suma la reanudación de la actividad económica con la retirada de restricciones por la pandemia.
Así, prevé que el alza de los precios continúe este otoño, pero que estos factores se vayan disipando el año que viene, de modo que la tasa de inflación cerrará este año en el 2,2 % y bajará al 1,7 % en 2022 y al 1,5 % en 2023.
RIESGOS AL ALZA
El BCE reconoce, sin embargo, que hay factores que podrían llevar a un aumento de los precios mayor de lo esperado, por ejemplo si la escasez de materias primas y equipos se prolonga más de lo previsto o si la inflación se traduce en demandas salariales más altas de lo estimado.
"Pero estamos viendo signos limitados de este riesgo hasta ahora, lo que significa que nuestro escenario base sigue previendo que la inflación siga por debajo de nuestro objetivo a medio plazo", tranquilizó Lagarde a los eurodiputados, insistiendo en que vigilarán cómo evolucionan estos factores.
En concreto, explicó, el BCE vigilará el riesgo de cuellos de botella en los suministros de materiales, así como los efectos sobre los salarios y el gasto del ahorro acumulado en pandemia, que podrían afectar a la inflación en el sector servicios, y pondrá particular atención a las expectativas de inflación.
Por el lado contrario, el avance de los precios podría ser más débil de lo esperado si se vuelven a introducir restricciones a causa del covid-19, dijo también Lagarde.
SIN SUBIDA DE TIPOS A LA VISTA
En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) apuesta por mantener sus estímulos de política monetaria para garantizar unas condiciones de financiación favorables para empresas y hogares que considera "necesarias" para que la recuperación sea "robusta" y la inflación vuelva a los niveles previos a la pandemia.
Lagarde insistió en que "en este momento" no se dan las condiciones para subir los tipos de interés, cuyos niveles históricamente bajos e incluso negativos son objeto de crítica en algunos países por reducir la rentabilidad de los bancos y la remuneración de los ahorradores.
La nueva estrategia del BCE aprobada este año fija el objetivo de inflación en el 2 % y tres condiciones para subir los tipos: que se alcance esa cota bastante antes del horizonte de las proyecciones (que se hacen a tres años vista), que se prevea que se estabilizará en ese nivel durante todo el periodo, y que la evolución de la inflación subyacente se coherente con esa estabilización en el 2 % a medio plazo.
En la última reunión de su Consejo de Gobierno, el BCE no tocó los tipos de interés, pero sí moduló su programa de compra de deuda de emergencia por la pandemia, ralentizando las adquisiciones en el último trimestre debido a la mejora de las condiciones de financiación.
Lagarde insistió hoy en que el BCE sigue "enteramente comprometido" a preservar estas condiciones de financiación favorables y que actuará en función de cómo evolucionen sus previsiones.
RECUPERACIÓN MÁS FUERTE
El BCE considera que la recuperación en la eurozona "está cada vez más avanzada", en parte gracias al "éxito" de la vacunación que ha apoyado la reapertura económica, sobre todo, del sector servicios.
Y si bien advirtió de que "la perspectiva de crecimiento sigue siendo incierta y fuertemente dependiente de la evolución de la pandemia", los riesgos para el crecimiento son "en general equilibrados".
El banco central prevé que el PIB de la eurozona crezca un 5 % en 2021, para recuperar el nivel precovid, y un 4,6 % en 2022.
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