Madrid, 21 jun (.).- La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha planteado, en aras de atajar la dualidad del mercado laboral, simplificar a tres los tipos de contratos, rebajando las indemnizaciones por despidos objetivos para fijos y elevándolas a 45 días por año para los ceses de temporales fraudulentos.
En un trabajo titulado "Contra la Dualidad Laboral", Fedea plantea dos posibles estrategias o modelos para acabar con la elevada dualidad laboral que sufre el mercado español y que, entre otras disfunciones, recuerdan, lastra la productividad laboral e impide a los jóvenes desarrollar un proyecto de vida normal.
La primera opción sería un modelo de contrato único indefinido, posiblemente acompañado de la llamada mochila austríaca, y la segunda, en línea con la incluida por el Gobierno en el Plan Nacional de Recuperación, un modelo simplificado de tres tipos de contratos (indefinido, temporal y formativo).
En el segundo modelo, el estudio plantea una mayor penalización del fraude en la temporalidad recuperando los 45 días salario/año de indemnización en ceses de contratos temporales fraudulentos que terminan en despidos improcedentes.
Junto a esto, propone multas por cada contrato temporal fraudulento.
Y pide "meditar", aun entendiendo la dificultad política, sobre una modulación del coste del despido objetivo, incluidos los colectivos, para situarlo entre los 12 días (que actualmente tienen los temporales) y los 20 días de los fijos "para repartir de manera más equitativa los costes".
En los improcedentes, se mantendrían los 33 días actuales para los fijos y se elevarían a 45 días para los temporales que no respondan a causa legal.
En cuanto a los tres tipos de contratos que estudia el Gobierno (indefinido, temporal y formativo), Fedea considera que deben hacerse distinciones entre los suscritos en el sector público y en el privado.
Así, en el privado el indefinido incluiría el fijo discontínuo y el de tiempo parcial con flexibilidad horaria; el temporal podría ser por causa organizativa en sustituciones y por causa productiva ante alteraciones de la producción o la demanda transitorias o por proyectos con autonomía y sustantividad, siempre con una duración máxima legal.
En el sector público, el indefinido incluiría el fijo y el no fijo, y el temporal serviría para sustituciones y cobertura de vacantes (hasta un máximo de tres años) o para cubrir necesidades transitorias de personal laboral temporal (con una duración máxima legal).
CONTRATO ÚNICO Y MOCHILA AUSTRÍACA
Al margen de valorar la propuesta que maneja el Gobierno, Fedea recomienda otra vía que considera más adecuada y que pasa por la unificación de los contratos indefinidos y temporales en uno único, con una indemnización por despido creciente con la antigüedad, lo que supondría la eliminación de los eventuales.
Este contrato único iría de la mano de la llamada "mochila austríaca", una cuenta individual en la que la empresa va aportando una cantidad anual (que sustituye a la indemnización por despido) que cada empleado puede recuperar para situaciones por desempleo, formación o como complemento a su pensión.
MÁS FLEXIBILIDAD PARA UN ERTE
Respecto a la intención del Gobierno de dotar de una mayor flexibilidad laboral interna a las empresas, Fedea considera que los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) deben aplicarse ante caídas temporales de la demanda, no estructurales, y solo en empresas con una tasa elevada de indefinidos.
Fedea ve tres tipos de ERTE: los de causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (ETOP), sin exoneraciones ni reposiciones de desempleo; y dos tipos de ERTE específicos, con esta ayuda pública, para dos situaciones diferentes.
Por un lado, estos ERTE actuarían como un sistema de flexibilidad interna para empresas "con caída transitoria y cíclica de la actividad de la empresa", con un foco especial en la formación de los trabajadores.
Por otro, serían un sistema de apoyo a la recualificación de trabajadores de "empresas o sectores en transición".