Sao Paulo, 11 mar (.).- Los precios crecieron en Brasil en febrero un 1,01 % que sitúan la tasa de inflación interanual en el 10,54 % impulsada por la subida de los alimentos y la educación, alza que podría acelerarse en los próximos meses por la guerra en Ucrania, según los datos difundidos este viernes por el Gobierno.
La inflación acumulada en el país en los últimos doce meses es la más alta desde noviembre de 2021 (10,74 %), según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Sólo en febrero, los precios se incrementaron un 1,01 %, 0,47 puntos porcentuales más que en enero (0,54 %), lo que supone el mayor incremento ese mes desde 2015 (1,22 %).
Los principales impactos que contribuyeron a la subida de febrero vinieron del sector educativo (5,61 %), coincidiendo con el inicio del año lectivo, y de los alimentos y bebidas (1,28 %).
Este último grupo viene registrando subidas sucesivas desde enero de 2020, con la única excepción de noviembre de 2021 (-0,04 %), y acumula un alza en los últimos doce meses del 9,12 %.
"El grupo de alimentos sufrió los impactos de los excesos de lluvias y también las sequías que perjudicaron la producción en diversas regiones de cultivo en Brasil", apuntó el IBGE.
No obstante, en la tasa interanual siguen teniendo un peso decisivo los combustibles, que acumulan un avance del 33,3 %, aunque en febrero presentaron una leve caída del 0,92 %.
Sin embargo, esa tregua en los hidrocarburos podría verse interrumpida por los efectos de la invasión militar rusa en Ucrania, que ha elevado los precios internacionales del petróleo por encima de los 100 dólares.
De hecho, la petrolera estatal Petrobras (NYSE:PBR) incrementó esta semana los precios de la gasolina casi un 19 % y del diesel, un 25 %, algo que se empezará a sentir en el índice de marzo.
Los hidrocarburos, que en Brasil varían en función del mercado internacional, ya fueron un factor determinante para la disparada de la inflación del año pasado, al elevarse alrededor de un 50 %.
El Congreso brasileño busca ahora contener la subida desbocada de los combustibles por medio de varios proyectos de ley que crean una serie de reglas para estabilizar los precios, unificar algunos impuestos y repartir subsidios para los trabajadores más afectados.
Después de cerrar 2021 en el 10,06 %, la mayor tasa desde 2015, el mercado financiero proyecta una inflación para este año del 5,65 % en Brasil, si bien en el último mes ha elevado sus previsiones de forma progresiva ante los posibles de la guerra en Ucrania.
La meta establecida por el Banco Central de Brasil para este año es del 3,5 % con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, con lo que el techo es de un 5 %.
Para intentar contener esta tendencia alcista de la inflación, el emisor ha venido elevando progresivamente el tipo básico de interés desde marzo de 2021 y hoy se sitúa en el 10,75 %, el más alto desde mediados de 2017.
Todo ello en un contexto de frágil recuperación económica, en el que Brasil consiguió crecer en 2021 un 4,6 % y sobreponerse a la caída del 3,9 % de 2020, primer año de la pandemia de coronavirus.
Aunque los agentes financieros esperan un fuerte frenazo de la economía brasileña este año, para el que proyectan un leve crecimiento del 0,4 %, en un año en el que también influirá la incertidumbre generada por las elecciones presidenciales, legislativas y regionales.
(foto de archivo)