Berlín, 10 sep (.).- La tasa de inflación interanual en Alemania se disparó en agosto hasta el 3,9 % y se situó en el nivel más alto desde diciembre de 1993, cuando alcanzó el 4,3 %, informó la Oficina Federal de Estadística (Destatis), que confirma así los datos provisionales difundidos el pasado día 30.
Ya en julio el índice de precios al consumo (IPC) repuntó un 3,8 %, después del 2,3 % en junio.
En tanto, la tasa de inflación se mantuvo sin cambios respecto al mes anterior.
Este repunte desde julio responde a una serie de motivos, entre ellos el efecto base por los bajos precios en 2020, indica el comunicado.
"En particular la reducción temporal del IVA y la caída de los precios de los derivados del petróleo en 2020 tendrá todavía un efecto aumentativo sobre la inflación en términos internanuales hasta finales de 2021", señaló Christoph-Martin Mai, responsable del área de IPC en Destatis.
A ello se suma la tarificación del carbono desde enero de 2021, así como efectos derivados de la crisis, agregó.
Los bienes en general se encarecieron en su conjunto con un 5,6 % interanual por encima de la media, sobre todo los precios de los productos energéticos, que con el 12,6 % se situaron notablemente por encima de la tasa de inflación.
En junio, la energía se había encarecido ya un 11,6 % interanual.
Este encarecimiento de los productos energéticos se debe sobre todo a los bajos precios hace un año y la introducción de la tarificación del carbono a comienzos de año.
Notablemente más caros resultaron el gasóleo para calefacción -un 57,3 %- y los carburantes -un 26,7 %-, aunque también subieron los precios del gas natural -un 4,9 %- y la electricidad -un 1,7 %-.
Los precios de los alimentos subieron un 4,6 % interanual, después del 4,3 % en julio.
La verdura subió un 9,0 %, y los productos lácteos y los huevos, un 5,0 %.
También se encarecieron notablemente los bienes de consumo duraderos, como los vehículos -un 5,5 %-, y los muebles y lámparas -un 4,0 %-, mientras sólo unos pocos se abarataron, como los televisores y similares -un 0,7 %-.
El aumento de los precios energéticos y de los alimentos influyó notablemente en el IPC: así, sin tener en cuenta el impacto de la energía, la tasa de inflación se habría situado en agosto en el 3,0 %, y sin tener en cuenta la energía y los alimentos, en el 2,8 %.
Los servicios se encarecieron en agosto un 2,5 %, entre los que el arrendamiento de viviendas se incrementó un 1,4 %.
Subieron notablemente las tarifas de mantenimiento y reparación de vehículos -un 5,1 %-; los precios de los servicios en instituciones sociales -un 5,0 %-, y la hostelería y restauración -un 3,5 %-.
El IPC armonizado para Alemania, el que se calcula con criterios comunitarios, se elevó en agosto un 3,4 % en términos interanuales y un 0,1 % respecto al mes anterior.